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Roberto “Tiburón” Torres: “Un entrenador es lo que es gracias a sus jugadores”

Roberto “Tiburón” Torres: “Un entrenador es lo que es gracias a sus jugadores”

Roberto “Tiburón” Torres lleva trabajando unos 13 años en Cerro Porteño como entrenador de las divisiones formativas y ahora como técnico del equipo de Primera, a punto de hacer historia. Está a pasos de convertirse en el primer entrenador que, siendo interino, saca campeón a un equipo grande como Cerro y, por si eso fuera poco, invicto. Hasta ahora, de 13 partidos que le tocó dirigir ganó 11 y empató 2.

– ¿Te sentís campeón, creés que este domingo ya festejan ante San Lorenzo?

– Los partidos tenés que jugar. Creo en la capacidad de mis jugadores, en la jerarquía, en la personalidad. Hay muchos jugadores que saben jugar esta instancia. Uno en su interior tiene que querer y creer las cosas. Pero a mí no me gusta hablar antes, no pertenezco a esa línea de personas que salen a hablar antes. El fútbol tenés que jugar y demostrar.

– ¿Pero la confianza está?

– Por eso te digo que creo en la meta, en mis jugadores y en la capacidad de cada uno de ellos. Existe potencial en el equipo, les tengo mucha confianza.

ROBERTO TORRES 16– ¿Se puede decir que el primer objetivo es ganar y el segundo terminar invicto?

– Yo creo que estando en Cerro siempre uno tiene que pensar de esa manera. La gente de Cerro quiere que se gane todos los partidos. Al día siguiente ya se olvidan de que ganaste. El hincha de Cerro es adicto a ganar.

– Estás llegando a esta instancia siendo interino, los jugadores evidentemente te respondieron, ¿cómo vivís esta situación?

– Siendo interino me fue bien. Un entrenador es lo que es gracias a sus jugadores. Tengo que ser realista, soy interino y eso hace que mi función como entrenador sea mucho más difícil. El apoyo de los jugadores es fundamental. Me ayudó muchísimo el haber estado en la Reserva. Tengo jugadores que me conocieron de las formativas. Los futbolistas me aceptaron y entendieron también que si viene otro entrenador que no conoce al equipo van a empezar de cero.

– Hay jugadores que antes eran muy cuestionados y ahora juegan bien y se ganaron de nuevo a la hinchada. ¿Cómo se logra eso?

– El jugador, además de estar bien físicamente, tiene que sentirse motivado y  tiene que jugar con mucha confianza. Los que más sufren en el club cuando las cosas no salen son los jugadores. Los hinchas a veces quieren calificar como que los jugadores a propósito hacen las cosas cuando algo no sale. El futbolista vive del fútbol y yo creo en el principio de que nadie va a hacer algo para perjudicarse a sí mismo.

– Nadie juega para perjudicarse, pero conseguir la motivación y la confianza no debe ser fácil. ¿Cómo se logra eso?

– Los jugadores deben tener siempre metas, objetivos, pensar en dónde llegar. De por sí saben bien que haciendo bien las cosas tienen posibilidades de llegar. Sin embargo, a veces suceden cosas increíbles. Y cuando las cosas no salen, los más golpeados son los futbolistas. Yo siempre dije que entiendo perfectamente lo que pasa a los jugadores. Yo pasé por ahí y les entiendo. Lo que resta es adquirir confianza. El  futbolista necesita esa confianza y en eso tiene que contribuir el técnico. Se puede hablar mucho, pero no hay nada como los triunfos. Uno de los condimentos más efectivos de lograr eso es ganando. Ganar y entregarse todo en cada partido. También es importante entender que cuando llegás a un éxito no sos el mejor y cuando perdés no sos el peor.

– Tenés jugadores a los que conocés porque ya trabajaste con ellos en las inferiores, pero también tenés jugadores estrellas. Siendo interino, ¿es un trabajo complicado manejarlos?

– A mí me gusta hablar con mis jugadores. Cuando uno es sincero con el jugador, cuando habla de  frente las cosas se facilitan. Cuando hay un contacto solo en la cancha se forma una barrera. Sin embargo, en ese sentido tengo que ser agradecido con los futbolistas. Si bien tengo una forma de trabajar son ellos los que en realidad respetan desde su lugar mi manera de trabajar.

ROBERTO TORRES 13– ¿Es difícil dejar a un jugador afuera y saber que se puede enojar?

– Cuando tuve que sacar o meter jugadores, siempre me reuní con el que va a entrar o salir. En mi primer partido, por ejemplo, lo dejé fuera a Blas Cáceres. Le expliqué en su momento el porqué. Pero después volvió, le dije que hay una hoja en blanco que él tiene que escribir. Cuando el jugador me da la chance para quitarle, le saco, y cuando me demuestra que merece estar en la cancha, lo pongo.

– ¿Cuáles son las causas para dejar afuera a un jugador?

– Varios, cuando está equivocado en su forma de pensar, de trabajar, en su actitud. Cada jugador está haciendo un examen en un partido, en una semana de entrenamiento. A mí me gusta ese estilo de que todos tengan la misma posibilidad de luchar por un lugar en el equipo. No porque no estuvo hoy no va a estar más.

– En el caso de Díaz que se emociona, se enoja y hasta llora cuando lo sacás, ¿cómo manejás esa situación?

– Espero el momento para dialogar con él. Yo le conozco desde las formativas a él. Sé de su carácter, de su forma de ser. Hoy es un Sergio bien diferente al de hace cuatro partidos atrás. Hoy cambió mucho. Cuando es cambiado ya actúa de manera diferente.

– ¿Sentís que te equivocaste en alguna ocasión cuando lo cambiaste?

– Yo puedo equivocarme en sacarlo. ¿Cuándo te das cuenta de que te equivocaste? Recién cuando termina el partido y hacés el análisis de cómo te salió ese cambio. Yo meto un jugador de otra característica, porque en ese momento considero que puede aportar al equipo, al esquema, a lo que pretendemos. Y cuando un jugador que sale reacciona mal, hay que entender que hay un compañero que está entrando y que no falla con el que sale. Yo siempre trabajo para que mi equipo sea fuerte como grupo. El compañero nunca tiene la culpa cuando salís y entra por vos. Sergio está creciendo, está evolucionando, cada semana hablo mucho con él. Aporta mucho al equipo, es muy talentoso. Yo no dejo pasar para hablar con el jugador, no porque hubo un problema ya no hablo. Siempre hablo.

– ¿Comparten asaditos?

– En el club compartimos asaditos a veces. Soy el primero a veces en decirle al capitán qué pasa, por qué no se hace. A la previa del asadito siempre hay un tereré. A mí me gusta siempre esa charla que tiene que ver con el compromiso para mejorar. No me gusta el asadito por comer nomás. Pasa por el resultado de ese encuentro.

 “TENGO DOS CAMINOS”

– Estás por salir campeón invicto y no te confirman aún, ¿cómo te tiene esa situación?

– Ya he hablado con el presidente (Zapag) en su momento, pero todo queda al final. En ese final soy consciente de que puede haber dos caminos. El camino que es quedarme en mi casa o el de irme otra vez a las formativas.

– ¿Y el tercer camino, el de quedarte en Primera no existe?

– El tercer camino sería quedarme en Primera. Pero yo sé perfectamente que existen dos caminos.

– Si salís campeón, con un promedio de obtención de puntos de manera increíble, sería injusto que no te confirmen como entrenador oficial. ¿Vos estás viviendo esto partido por partido?

– Asimismo.

– ¿Y si te piden seguir en el Clausura como interino, qué vas a hacer?

– A mí me gustaría terminar con el objetivo que es salir campeón. Me gustaría ganar el último partido. Después me quedaría en casa para ver qué hago.

– ¿No te gustaría seguir como interino?

– No. Ustedes ven el nivel y la jerarquía de jugadores en el club. No es fácil llegar al acuerdo con los jugadores de estirar el carro al mismo lado. Si a vos te dan el trato de jefe, es diferente. En mi situación, yo debo ser muy agradecido con los jugadores porque ellos me entendieron. A veces los detalles a algunos se les escapa.

– Si otro club te ofrece la posibilidad de ir a dirigirlo, ¿te irías?

– Soy un profesional que quiere seguir creciendo. Todos queremos ir progresando, en ese progreso uno tiene en cuenta a su familia. Cuando uno es entrenador de Primera, es mejor considerado, es mejor tratado, todo siempre es para mejor. Por eso es que tampoco yo me puedo enojar con el presidente. Siempre le agradecí. Si bien él no decide en confirmarme, tampoco me puedo enojar con la persona que me dio la oportunidad, creyó en mí en los momentos difíciles. Podía haberle llamado a cualquiera, pero tres veces me llamó para dirigir al club. Siempre fue en el tono de ayudar. Yo valoro mucho eso.

– En tres ocasiones ya fuiste interino…

– Si uno se queda a pensar un poco, se fue Fosatti, un maestro, fue mi técnico, mi entrenador, trabajé con él en el club. Me dio la oportunidad de entrar por él. Se fue Arce, entré por él, se fue Astrada, entré por él. Creo que de mi parte tengo que ser agradecido, no puedo salir a criticar porque no me confirma. No puedo yo salir a decir cosas que no corresponden, más que agradecer.

SU HISTORIA COMO ENTRENADOR

– ¿Cómo comienza tu historia como entrenador?

– Estaba Blas Cristaldo en Cerro. Es mi amigo. Le pedí que me dé la oportunidad de hacer una pasantía en el club. Me dejó trabajar con (Félix “Zanahoria”) Brítez Román. Después se le echa a Brítez y me dice Cristaldo: “Quedate vos a trabajar”. Yo le agradecí y le dije que no. “No es tu culpa”, me dijo. Pero consideré que no era justo, Brítez me dio la mano, todos los días trabajaba con él y no me iba a sentir bien quedando a ocupar su lugar después de que lo echaran. Voy a dejar nomás, le dije y me fui. Después me llamó otra vez  Cristaldo y me ofreció la escuela de fútbol. En principio dudé, pero después pensé en esa famosa historia de que algunos empiezan acomodando discos y después llegan a ser grandes comunicadores. Me fui, salimos campeón. Después me convocaron para la Sub 16, salimos campeón. En mi equipo estaban Iturbe, Júnior Alonso, Teo Paredes, una gran cantidad de valores. Pasé por la Sub 20, en la Reserva, salimos varias veces campeón. Grana me llevó a la Sub 20.

– ¿Ustedes trabajaron juntos con Mario Grana?

– Yo estaba en la Sub 20 y Mario en la Sub 18. Después le tocó a Grana subir a Primera y él me llevó a la Reserva. Salí dos años campeón en la Reserva. Cuando vino Fosatti y dejó el club dirigí tres partidos de Primera, como interino. Y después vinieron las otras oportunidades para interinar.

FAMILIA

Roberto Torres está casado con Fabiola Beatriz Orué Medina. Tienen dos hijas, una de  4 años (Valeria) y otra de 1 año y medio (Jessica). En el 2008 se casaron. Antes de su matrimonio le tuvo a Robert Marcelo, de 16 años, quien vive con su abuelo en Luque y juega fútbol en el Deportivo Capiatá.

FÚTBOL

Jugó en Cerro Porteño, a los 27 años se fue al O’Higgins de Chile, Jubilo Iwata de Japón, Luqueño y San Lorenzo. Después estudió para ser técnico de fútbol.

¿POR QUÉ SU HIJO NO JUEGA EN CERRO?

“No lo llevé a Cerro por ética profesional, no me gusta mezclar las cosas. Me gusta que uno juegue por su capacidad y no porque yo sea el coordinador de técnicos en Cerro. No sé si alguna vez se va a enojar conmigo, pero creo que hago bien las cosas”.

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