• El exsacerdote y expresidente se expresó tajantemente cuando dijo que solo quería una reivindicación.

Hace poco más de tres años, en lo que olió más bien a una cocinada política antes que un juicio político, Fernando Lugo era chutado en seco de nada menos que de la Presidencia de la República. En un syky, luego de una serie de acusaciones que se hicieron, el Congreso, donde está hoy en día, decidió que era mejor sacarlo del medio.

En ese momento, el propio Ferchu decidió que era el momento de mover la maquinaria judicial y así reclamar lo que consideraba justo, entre ellos su reposición en el cargo, ya que en aquel entonces aún le quedaba un año al frente del país.

Si bien es cierto que hoy en día esto ya no es posible, en todo momento el hoy senador de Frente Guasu dijo que en el fondo lo que buscaba es un resarcimiento “ético jurídico y político”, dejando en claro en todo momento que no le interesa la plata.

Sin embargo, en el documento enviado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicita el pago de sus haberes caídos, pago de gastos por el juicio político y una indemnización, fijado dentro de uno de los puntos de su petitorio. Con esto, ¿Lugo quiere pio vivir a costillas del Estado por el resto de su vida? Pasa que, de ganar tocará una muy buena cantidad de billetes. ¿O renunciará a esa plata para mantener su palabra?

CUENTA REGRESIVA

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo lugar a la denuncia planteada por el expresidente y pidió informes de lo que fue el juicio político. El Ejecutivo derivó el caso al Congreso Nacional, por ser -según la ley- el encargado de plantear ese juicio. El Parlamento tiene 90 días para remitir los documentos. El próximo 26 de agosto fenece el plazo.