Que Justo Villar logró ganarse un nombre en el fútbol por sus notables cualidades dentro y fuera de la cancha no es novedad. Y eso se lo hizo saber al técnico de su club Colo Colo, José Luis Sierra, que lo dejó en el banco de suplentes en el debut del equipo por el torneo chileno, sin darle mayores explicaciones.

Villar, que a sus 38 años sigue vigente y en un referente en el cuadro cacique, pegó el grito al cielo y se armó un lío, por lo que tuvieron que intervenir directivos del Grupo ByN (Blanco y Negro) S.A., que se encarga de la administración del club.

“A mí nadie me ha hablado. Nadie dice nada y si uno no se acerca será difícil que se aclaren las cosas”, fue lo que dijo Villar al quedar fuera del partido ante Unión Española.

Aunque el directorio de la concesionaria apoyó la decisión del entrenador de dejar en el banco al paraguayo, le solicitaron a Sierra que al menos les informe a los referentes acerca de sus determinaciones.

Para el DT, las declaraciones de nuestro compatriota no generaron molestias y prefirió bajarle el tono a la lucha por la portería alba. “Lo que dijo no me molestó, en lo absoluto. Es parte del juego. Cada uno tiene una forma de ser, no encuentro que haya una polémica o un conflicto”, sostuvo.

Dos de nivel

Sierra también aclaró que con Villar y Paulo Garcés (el otro arquero) habrá competencia mbarete, para ver quién será titular. “Es una decisión difícil de tomar porque tenemos dos arqueros de primer nivel. Eso es bueno para el equipo, el nivel es altísimo”, tiró tras el conflicto generado.

Respetado por todos

Según informó ayer el diario El Mercurio, Villar “está muy bien considerado por la dirigencia y se le califica como uno de los elementos más maduros del camarín”. Si bien “perdió” esta batalla con su actual entrenador y seguirá de suplente, hizo valer su peso.  Además, en el vestuario no todos están contentos con los cambios impuestos por Sierra desde que asumió. La principal crítica que se le hace es la falta de comunicación y una lejanía que contrasta con la relación que había con Héctor Tapia, el anterior técnico, con quien justamente Villar llevaba una excelente relación.