Por Juan Vicente Duarte

Cuando era mita’i, volvía loco a su mamá por culpa de la pelota. No importaba el clima ni la hora porque en su San Ignacio (Misiones) tenía espacio de sobra para chutar donde quería. De ahí nació su pasión por el fútbol. Blas Yamil Díaz Silva (3 de Febrero de 1991, 24 años) repasa su vida y carrera en esta nota con Crónica. Muy sereno, el volante-goleador de Santaní lanza sus fichas y apuesta por más.

– ¿Dónde y a qué edad comenzaste a jugar, Blas?

– Yo empecé a los 6 años en la escuela de fútbol  Amigos Unidos, en San Ignacio. Todo el día estaba detrás de la pelota, le volvía loca a mi mamá, jajaja, porque jugaba en cualquier lado. Ya cuando cumplí 12 años pasé al club 31 de Julio de la Liga de San Ignacio, donde estuve hasta los 20 años y de ahí, tras jugar el Interligas, me vio la gente de Libertad y me trajo.

– ¿Ya metías goles por esa época?

– Sí, pasa que en San Ignacio jugaba de delantero o mediapunta y hacía muchos goles. Incluso en el Interligas fui goleador.

– Pero ahora sos volante mixto.

– Cambié cuando vine a Libertad, ese fue el trato con el profe Eduardo Villalba para que pueda jugar, porque el equipo tenía muy buenos delanteros. Es un puesto más sacrificado, pero ya me acostumbré y hoy por hoy ya me considero un volante.

– ¿Te gustaría tener otra oportunidad en Libertad?

– La verdad, quiero revancha en el Guma y demostrar que puedo darle mucho al club. A cualquier futbolista le gustaría estar en un club grande como el Guma… al igual que Olimpia o Cerro.

– ¿Qué encontraste de diferente entre San Ignacio y Asunción?

– Sin dudas, el trato de la gente. Acá la gente es más fría, cada uno está en su mundo. Acá por ejemplo tenés que cuidar más tus cosas, pero en San Ignacio todos se conocen y la gente es más cercana.

Anécdota

“Siempre recuerdo cuando llegué recién a Santaní y mis compañeros me hicieron una broma. En la concentración, entré a mi pieza para acostarme y había sido que sacaron la parrilla de la cama. Cuando me acosté, me fui al fondo. Encima filmaron todito, jajaja”.

Trabajó de comerciante

Blas supo lo que es trabajar de chico antes de ser futbolista. “Mis padres siempre me inculcaron que tenía que sacrificarme. Como ellos son comerciantes, siempre trabajé con ellos. Hasta ahora tienen su negocio en San Ignacio.

– ¿No te costó cambiar de ciudad a tan corta edad?

– No, porque a los 17 años me fui a probar en un club de San Pablo (Río Claro) y estuve un mes y medio solo.

– ¿Qué es lo que más te sorprendió de los brasileros?

– Que comen pizza como coquito, jajaja. Todos los días comen.

– ¿Estudiaste alguna carrera universitaria?

– Estaba estudiando Administración Bancaria, pero ahora lo dejé por la falta de tiempo.

– ¿Algún ídolo o referente en el fútbol?

– Siempre me gustó como juega Andrés Iniesta.

– ¿Dónde te gustaría jugar si vas transferido?

– En el Flamengo de Brasil, me encanta el fútbol brasilero.

– De todos los goles que hiciste, ¿cuál te gustó más?

– Uno que le hice a Luqueño, fue desde fuera del área.

– ¿Sos hincha de…?

– No puedo decir eso, jaja.

– Por último, ¿sos cabalero?

– No, nada de eso, siempre tengo fe en que todo me va a salir bien, con eso me basta.

Perfil. En pareja con Caty Ramírez. Una hija, Amaya (1 año). Padres. Jorge Díaz y Esther Silva. Tiene 4 hermanos. Jugó en la Liga de San Ignacio y Libertad.