Por ALBERTO CASTRO

El calor no da tregua, pega con sus 47 grados de sensación térmica. El efecto, a simple vista, en rostros saturados, “abombados”. Y no hace falta enumerar más consecuencias de esta primavera exageradamente caliente. A “fuego lento”.

Sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, este clima tiene sus aspectos positivos que se rescatan.

Para Gladys Martínez, ama de casa, este calorazo hace perder el apetito y aumenta la sed, lo que lleva a la pérdida de peso. Al contrario de lo que pasa en el invierno -dice ella- cuando se busca más la grasa o las frituras.

“No tenés luego hambre con este tiempo, sí más sed. Por eso siempre se pierde unos kilitos con el calor, que también te hace sudar y perder calorías más rápido”, contó a Crónica.

Otro aspecto positivo es destacado especialmente por los vendedores de jugo, agua mineral y gaseosas que se suben a los colectivos.

“Antes ganaba 40 mil guaraníes por día, ahora saco 100 mil”, dice Ángel Espínola, sobre la avenida Eusebio Ayala, a metros de De la Victoria. “Por el calor se toma más líquido y yo gano más del doble de lo que ganaba antes”, he’i.

JUGO DEL BUS

Más de uno habrá probado el refrescante jugo de naranja en los colectivos, a la hora que se siente todo el rigor del calor. Los que venden nos contaron que se hace de un sobre de jugo Caricia y licuado de naranja. Tienen luego gente que les provee. Cuesta 2 mil guaracas, de los cuales mil queda para el vendedor y la otra mitad al proveedor.

ZUNILDA

VILLALBA

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Para mí que hoy hace más calor. No cocino nada frito así, al horno o se compra nomás.