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Ella puede ser primera dama de yanquilandia

Ella puede ser primera dama de yanquilandia

NUEVA YORK. Agencias

Es lógico pensar que cuando Donald Trump (69) se fijó en las curvas de Melania Trump (45), no andaba calculando lo bien o lo mal que lo haría su futura tercera esposa como primera dama. Ahora tendrá que empezar a hacerlo, por la posibilidad de llegar a la Casa Blanca y el ruido de las encuestas (está situado en el primer lugar en la contienda republicana).

Su perfil no es ni mucho menos el de la clásica mujer de un político republicano. Lo suyo, antes de dedicarse a disfrutar de la inmensa fortuna de su marido, fueron las pasarelas y las sesiones fotográficas, una modelo eslovena que se convirtió, a ojos de muchos, en una mujer objeto, la enésima conquista de los millones del magnate.

En su momento a nadie le extrañó que sea la pareja de un hombre de corte banal en sus gustos, organizador de concursos de belleza como Miss Universo y amante del exabrupto. Pero conforme avanzaba el tiempo y sus posibilidades de éxito en la carrera presidencial aumentaban, la presión fue creciendo sobre su mujer.

Los analistas conservadores se empiezan a preguntar por qué la doña se ha dejado ver tan poco en estos meses de primarias. La conclusión parece ser que la política no es lo suyo y podría meter la pata.

SE CASARON EN EL 2005

El multimillonario estadounidense Donald Trump tenía 58 años cuando contrajo nupcias con la modelo eslovaca Melania Knauss, quien tenía 34. Se casaron en la iglesia episcopaliana de Bethesda by the Sea, en Palm Beach, Florida, en una ceremonia rodeada de todo el glamour, la ostentación, el dinero y el poder.

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