Capaz, inspirado en alguna película, o por ahí en algún dibujito animado, a un chico de unos 8 años se le ocurrió la idea de cavar un túnel e introducirse en él, como si fuera a escapar de una cárcel o ingresar a buscar algún tesoro escondido.
Sin embargo, la desgracia estaba presente en medio de un juego que terminó siendo mortal: cuando se introdujo en el agujero que había hecho, la arena de los costados comenzó a ceder hasta que finalmente lo enterró vivo.
Solo al llegar el papá, y ver que estaba la bicicleta a un costado del agujero, se dio cuenta de lo que estaba pasando. Rápidamente logró sacarlo, y trató por todos los medios de reanimarlo, pero ya no hubo caso.
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