Visiblemente molesto, el doctor Aníbal Filártiga no se guardó nada ayer tras dejar su cargo de interventor designado por el Consejo Superior de Educación Superior (Cones) para el caso del Rectorado de la UNA.
Desde el Centro de Emergencias Médicas ofreció una conferencia de prensa ayer para explicar por qué tiró la toalla a los cinco días de su designación.
A su criterio el Cones está integrado por personas con intereses económicos y que todos deben ser cambiados.
Renunció por “la mezquindad y la soberbia del Cones”, porque propuso que se dé un tiempo de 6 meses para que la UNA presente documentos, y sigan las investigaciones de la Contraloría y Fiscalía. Pero al final hacen “una mentira para un chiquilín idiota y no para un universitario” y se decide que la intervención será dentro de 10 días.
“La decisión (…) más parece una mentira para un chiquilín idiota que una propuesta para un universitario. Es como decir ‘te doy diez días de tiempo, a ver cómo te portás y después te doy seis meses’. El Cones debe cambiar, está mal integrado. No puede ser que universidades centenarias del Estado, públicas, tengan que ser juzgadas por personas que tengan empresas de educación con fines lucrativos”, indicó el titular de Emergencias Médicas.
Estudiantes piden un mes
Los estudiantes de la UNA rechazaron el condicionamiento impuesto por el Cones, que suspendió la intervención por 10 días. Lo que piden es que recién se elija a las nuevas autoridades de la casa de estudios en un mes, después de modificar el estatuto universitario. Ellos opinan al igual que el doctor Filártiga, que los integrantes del Cones persiguen intereses económicos.
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