Doña Genara Sánchez cumplía años y quería festejar con sus seres queridos, optó por brindar con una rica sidra. Es por eso que uno de sus hijos fue a un conocido supermercado de Encarnación a comprar una botella de la bebida.
Doña Genara abrió la botella, la cargó un poquito a un vaso y con todas las ganas del mundo hizo como una especie de “fondo blanco”, como parte del tradicional brindis.
Pero lejos de saborear la bebida, la doña se puso mal y dijo “guákala”. Es que dentro de la botella había restos de insecticidas para mosquitos, o sea el famoso espiral.
“Es lamentable que esto suceda. Me causó malestar, vómitos, dolores de cabeza. Voy a hacerme algunos análisis porque la verdad me dejó muy mal esto. No puedo siquiera comer porque me causa malestar enseguida”, contó la señora.
La mujer instó a las autoridades de salubridad a intervenir el local. “Deben controlar lo que ponen a la venta, porque no puede ser que esto suceda”, se lamentó la doña.
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