Tanto los micros chatarras y los 0 km que transitan diariamente por las calles de la capital y sus alrededores carecen en su gran mayoría de la famosa rampa inclusiva que ayude a las personas con capacidades diferentes a subir y bajar de ellos. Solo unas pocas unidades tienen este sistema.

“Realmente necesitamos colectivos con rampa, colectivos accesibles en el cual todos podamos transportarnos”, expresó Graciela Cazal, una de las tantas personas con capacidades diferentes que necesita que los micros no solo sean con aires y chuchis, más bien, que tengan una rampa inclusiva y de esa manera ellos también puedan darle uso.

La mujer de 45 años, quien se desempeña como docente desde hace 18 años en la Senadis, aseguró que muchos de sus alumnos ya no pueden ir a dar clases por la falta de transporte y la poca paciencia con lo que cuentan los choferes de las distintas empresas de colectivos.

Contó que una vez fue a esperar colectivo bajo del viaducto de Eusebio Ayala en compañía de su sobrino, ya que el taxista que siempre la lleva tuvo problemas con su vehículo. “Le dije a mi sobrinito vamos a intentar a ver si nos permiten subirnos a un colectivo con rampa y ningún colectivo se nos quedó, a pesar de que esperamos en la parada por más de una hora”, expresó.

Rescató la valentía de un chofer de la línea 21 que se quedó a preguntarle cómo podía ayudarla y así acercarle a un lugar. “No tenía rampa, me quería ayudar, pero iba a ser imposible porque mi silla es muy pesada y no había mucho lugar”, contó.

RAMPA

Lo más patético de todo esto que es un conductor dejó estacionado su vehículo frente a una rampa inclusiva frente mismo a la Senadis, lugar a la cual muchas personas con capacidades diferentes acuden diariamente.

Esto no solo sucede frente a la Secretaría Nacional por los derechos de las personas con discapacidad, si no en todos los puntos de la zona capital obstruyendo así no solo la rampa inclusiva, sino también la franja peatonal y otros lugares que deben ser utilizados por estas personas.

Educación inclusiva a muchas personas aún les falta.

ES MADRE A LA VEZ

Graciela es una mujer luchadora que se dedica a la docencia, además de ser madre de una nena de 10 años quien la apoya en todas tus metas, además de darle fuerza para salir adelante.