Universo 970 AM
En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena

Clara Franco: “Era una adicta a la comida y no me daba cuenta”

Clara Franco: “Era una adicta a la comida y no me daba cuenta”
  • La actriz tuvo un cambio impresionante. Lo físico está a la vista. Ella nos explica que va más allá, que se extiende a lo emocional y a lo anímico.

 

– Te vemos mucho más flaca. Te habíamos leído en las redes cuando empezabas con tu dieta, pero no nos imaginamos que ibas a tomar tan en serio todo esto. ¿Qué fue lo que marcó en vos esta decisión de bajar de peso?

– El año pasado, cuando arrancaba el programa “Parodiando” me di cuenta de que estaba bastante excedida de peso. Quería empezar a cuidarme, intenté, pero era difícil. Igual seguía comiendo mucho.

Era una adicta a la comida y no me daba cuenta.

– ¿No podías ver comida?

– No. Para mí cualquier comida era buena. Cuando empecé me costó mucho luchar contra esa adicción.

– ¿Cómo lograste vencerle?

– Empecé a ñembocuidarme en julio, pero recién en agosto pude tomar en serio. Me fui a Ravenna (clínica), me puse las pilas. Recibí ayuda psicológica, orientación… Todo, todo… No es fácil este asunto.

– ¿No solo pasa por hacer dieta?

– No… Pasa mucho por lo que tenés en tu cabeza, por manejar la ansiedad… Impresionante es cómo mucha gente me escribe, me habla, cientos de personas me piden consejos, me dicen que no pueden… Bajan, suben todo otra vez. Les recontra entiendo. Al cambiar tu hábito cambia toda tu vida. Las que sufrimos este flagelo, la adicción a la comida, todas nos sentimos ¡igualiiitas!

– ¿Sin una clínica no ibas a poder?

– A mí me ayudó mucho ir a una clínica. Antes andaba con mi taper para no caer en tentación. Todo el mundo siempre está comiendo, yo también quiero participar. Yo también quiero comer. Todos los días tengo que estar con la tentación de Coco Leiva en “Vive la vida”. Antes se me hacía más difícil. Ahora miro, veo que disfrutan de lo que comen, pero ya no enloquezco.

– ¿Cuál es tu recompensa?

– Lo primero que se disfruta es cuando empiezan a entrarte ropas que te gustan. Yo llegué a hacer de modelo para una tienda de talles especiales para gorditas. Me hicieron sentir bien en un momento dado. Después dije “basta, yo no era así. Quiero volver a ser lo que era antes”.

– ¿Controlás el instinto?

– Sí, porque ya logré manejar la cabeza, ya tengo una madurez, me pongo las pilas. Cuando estás bien, la gente te ve bien. Yo me daba cuenta antes de que más allá del mensaje del buen humor, de hacerme de la simpática, muchos me decían “Moopío nde gorda”. Mi droga era la comida. Cuando sentía rabia por algo, comía. Cuando me preocupaba algo, comía. Cuando me enojaba, comía.

Me acostaba con dos o tres galletas. Y escondía gua’u en la cama como para que ni yo me entere.

– ¿Perdiste ahora esa costumbre de recurrir a la comida cuando sentís ansiedad?

– Ahora si tengo ansiedad como un poco de gelatina. Valoro el sacrificio que estoy haciendo y

no puedo defraudar. La gente se preocupa. Nunca llevé tanto tiempo un régimen bajando bien, tranquilamente, sin desesperarme.

– ¿Hacés ejercicios?

– Me cuesta hacer ejercicios. Soy una kaigue nivel ultra. Por eso, con más razón me tengo que poner las pilas con la comida. Mi cuerpo ya se acostumbró a ciertas raciones.

– ¿Cuántos kilos tenías cuando empezaste con la dieta?

– 101 kilos tenía. Ahora tengo 78 y vamos por más. “Voy a llegar por lo menos a los 85”, decía.

Ahora quiero llegar a los 65 kilos. Aunque con 69 ya voy a estar tranquila.

– ¿Qué por ejemplo dejaste completamente de comer?

– Pan nunca más. Antes tomaba chocolate dietético y me engañaba. No existe el chocolate que sea dietético. Así uno se va dando cuenta y se va acostumbrando. Al comienzo lloraba por la comida, todos comen y yo no. Alejandro Chamorro, de Ravenna, el que tanto me ayudó, me decía: “¿Por qué sufrís?”. Estoy chisteando nomás le decía. En realidad estaba sufriendo. Ya me acostumbré al agua también. Mínimo dos litros por día tomo. Eso también me ayuda. Mi salud mejoró también.

– ¿De vez en cuando comés asado?

– Asado de repente, si aparece. En Semana Santa, cuando se pudo comer carne, comí cordero en casa, comí un pedacito magro. Pero como menos carne y la parte grasa desecho. Antes era esa parte con grasa lo que más quería. “Esa parte dame”, decía. La mandioca también engorda, eso dejé totalmente. Le dije chau también a las papas fritas.

Compartir en redes

Comentarios

En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena
Crónica