• Hola licenciada Rocío, soy un hombre desesperado que no sabe qué hacer. Te quiero contar mi historia, soy un vagabundo, un pobre chofer que hace viajes de larga distancia, vivo en la Argentina, pero ahora estoy por Paraguay.

Con mucho respeto, te pido que pases mi historia antes de que yo regrese a la ruta, para que tengas una referencia, aquella historia publicada el 3 de abril es de mi mujer, ella te envió su caso. Siento que mi pareja está obsesionada con su ex, y el señor le alimenta su locura, le llama, chatean por internet y ella no deja a los macumberos.

Sin remordimiento ella recurre a todos esperando le digan que su ex volverá con ella, en la Semana Santa le llamó muchas veces, yo tenía el celular y no le pasé. Mi pareja tiene la idea de que su mujer va a morir y ella va a ocupar su lugar.

Ellos eran pareja antes de conocerme a mí, creo que trabajaba de empleada y eran novios, pero cuando ella decidió dejar su país para venir a Buenos Aires buscando un mejor trabajo, aquello terminó.

Creo que fueron varios años después que volvieron a encontrarse por el feisbu, y ahí ella se enteró que él se casó, tuvo hijos, así también le contó que vivía conmigo, pero nada de eso les importó.

Como soy camionero, tengo facilidad de viajar, pasé por la casa de la señora del ex de mi pareja, a finales de diciembre, me costó encontrar, pero con todos los datos que encontré en el celular pude ubicar la casa y le conté todo, hasta las llamadas a la macumbera.

La señora empezó a llorar, desesperadamente, sin decir una palabra, preferí alejarme y volví a mi casa, le dije a mi mujer que ella estaba bien. Cambió totalmente, enfurecida me arañó todito, no le gustó que ella esté bien.

A mediados de febrero volví a Paraguay, nuevamente me presenté a su casa, le dije que quería hablar con su marido, ella se sintió mal, empezó a llorar, el señor no estaba, salí de su casa con un peso en mi pecho.

Desde ese día ya no tengo paz, tengo pesadillas, se me presenta la cara de la señora como la Virgen de los Dolores.

Sea el lugar que sea, donde me vaya, siento ese remordimiento.

Ya hablé de mi problema con un cura, a quien le confesé todo lo que pasó y las consultas con la macumbera que mi señora anda haciendo. El sacerdote me dijo que tengo que hablar con el señor y mi mujer, que tenemos que mandar hacer misa y pedir perdón.

“Sin remordimiento ella recurre a todos esperando le digan que su ex volverá con ella, en la Semana Santa le llamó muchas veces, yo tenía el celular y no le pasé. Mi pareja tiene la idea de que su mujer va a morir y ella va a ocupar su lugar”.

TITO, DE ARGENTINA, 43 AÑOS

Esta historia continuará…