• Con el tiempo se pierde esa energía, la inspiración en la relación que va cambiando del color rosa al gris.

Se dice que el amor va creciendo día a día, cocinándolo a fuego lento y a conciencia, así la pasión no se pierde, pero que solo esté dormida y queda en cada uno abocarse a la tarea de volver a encenderlo. Hay cuatro puntos básicos para mantener la pasión sin cambiar de pareja:

Empatía

Una relación a veces no funciona porque, a pesar de estar metidos hasta el cuello, sus integrantes siguen teniendo dudas sobre el otro, sobre uno mismo, o sobre la viabilidad de la relación. En algún momento hay que saber desprenderse de la duda, tomar una decisión y entrar de una vez en la relación, creando una nueva historia acerca del otro, sus motivos e intenciones. Cada pareja debe ponerse la camiseta del otro, comprender las principales necesidades y motivaciones profundas de cada persona, que tienen que ser satisfechas para la buena marcha de la relación.

Entusiasmo

Para que el amor marche sobre ruedas es necesario tener un nivel de energía lo bastante alto para poder sentir pasión. Una persona que se siente cansada, que tiene la sensación de estar agotada y con la energía por los suelos difícilmente podrá soportar los remolinos de la pasión si es que llega a sentirla. Para poder seguir adelante y crecer con tu pareja hay que controlar los niveles de ansiedad y encontrar dentro de uno la energía y el entusiasmo necesarios para vivir los procesos del amor. Andar entusiasmado se trata de saber encontrar al otro, honrarlo y apoyarlo desde el compromiso personal.

Conectados

Para que fluya la pasión tiene que haber intimidad y para poder intimar realmente con una persona, hay que estar dispuesto a conectarse con su esencia, su propósito vital y asumir el riesgo de ver y ser visto. La intimidad se fundamenta en la vulnerabilidad, que es la capacidad de abrirse al otro. Saber escuchar y aunque no siempre se tengan las respuestas para todo, simplemente estar ahí.

Erotismo

La sal dentro de la relación es el erotismo, donde entra a trabajar el cerebro, con todos los libretos e imágenes que alimentan el deseo y la vida íntima humana. Cada uno debe crear su historia erótica que nutra y aumente la polaridad de la energía sexual de la pareja. Sin polaridad, la energía sexual se atasca ya que, como toda energía, solo puede fluir entre polos de carga opuesta. Hay que añadirle siempre condimentos nuevos, una pizca de curiosidad, otra de variedad y aventura y finalmente algo de riesgo.

Abundante: besos y abrazos

La piel recuerda, el olfato también. No hay gesto más íntimo que un beso y un abrazo. Ese momento de reencuentro después de echarse de menos en que volvemos a sentir el calor, aroma y sabor de la persona que amamos es un momento de reconocimiento y renovación. Pasa algo parecido con el beso al despedirse, las parejas felices se despiden con uno, sentido, no un beso rápido de compromiso. Sí, hace falta echarse un poco de menos, no una independencia exagerada, pero alimentar el deseo de ver al otro y poder enriquecer la vivencia en común con aditamentos nuevos de cada uno es algo que refresca todos los días.