ESTADOS UNIDOS. Agencias

En 1995 secuestraron al hijo de María Mancia, quien cuando eso contaba con solo un año y medio. En un principio pensó que habían robado la casa, pero luego se dio cuenta que solo faltaba la ropa del pequeño Steve.

El culpable del secuestro fue el propio padre del niño, Valentín Hernández, con quien María ya tenía problemas.

Buscaron al pequeño por todos lados sin respuesta, hasta que en febrero la policía recibió pistas que Steve Hernández estaba en Puebla, México.

Para asegurarse de que era el Steve que María Mancia estaba buscando, las autoridades se acercaron a él con el pretexto de que estaban investigando la desaparición de su padre.

Al hablar con el ahora joven de 22 años, confirmaron que su historia coincidía con la del niño desaparecido. Solo que él pensaba que su madre lo había abandonado.

Reencuentro

El siguiente paso fue tomarle una prueba de ADN, con el pretexto de que serviría para identificar a su padre y en el mes de mayo se confirmó todo.

Como no tenía pasaporte, pese a ser ciudadano yanqui de nacimiento, el Departamento de Justicia ayudó a Steve a cruzar la frontera por Tijuana para reencontrarse con su madre. Él no sabía que la mujer lo estuvo buscando por años, se abrazaron y lloraron juntos.

Hermanos

Steve se enteró que también tiene cuatro hermanos, y no sabe en realidad qué ocurrió con su padre.