Pudo ser una tragedia, pero porque “Dios es paraguayo”, como se dijo más de una vez, no pasó a mayores. El techo de una humilde escuela de Quinndy se desmoronó, cayendo con todo al piso y destrozando todo lo que había bajo el mismo.
La directora de la escuela Catalina Correa de Leguizamón dijo que cedió el techo del pasillo, que estaba siendo refaccionado, cuando 8 niños del jardín, preescolar y tercer grado se encontraban juntos en un aula.
Gracias a que no había ningún chico bajo el techo del pasillo, no hubo ningún herido, aunque sí se registró una serie de daños materiales.
El titular de la Cartera de Educación, Enrique Riera, ordenó que los funcionarios pertenecientes a la Dirección de Infraestructura realicen el relevamiento de datos sobre la construcción que se está ejecutando con fondos del Fonacide por unos G. 60 millones.
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