La farandulera Navila Ibarra escribió en las redes sociales que leyendo y escuchando lo que pasó con Carmiña Masi y Ana Laura Chamorro, en sus respectivas relaciones, se puso a reflexionar que hay mujeres a las que les faltan valorarse más.
“Una le lavaba el bóxer y la otra le limaba las uñas de sus pies”…, le bajó. “Me quedan varias reflexiones; entre ellas, que una mujer no debe demostrar taaanto amor a un hombre, porque ellos ahí aprovechan. Segundo, no hay que lavar el bóxer porque ahí ellos te encuentran entregada, además que probablemente lo haya usado con otra jejeje”, siguió puntualizando.
Y continuó: “En tercer lugar, no exijas que te traten bien. Cuarto: No vivas en su casa. Y en quinto lugar, no hay que soñar que te será fiel”, le bajó, refiriéndose a los reclamos que había hecho Carmiña Masi sobre su vida con el cantante Édgar Camarasa.
“La verdad, nunca apoyé a Carmiña, pero esta vez siento mucho por ella. Mucha gente va a decir ‘se merece’, por lo soberbia y hasta maleducada que es siempre con los demás, pero esta vez me da pena porque no esperaba que ella se humille tanto ante un hombre y mucho menos ante uno que no supo valorarla.
Además, rompió con esa imagen de mujer fuerte. Vinimos a enterarnos de que un tipo exitoso pero sin estudio ni clase la tenía como empleada doméstica”, criticó la mediática exnotera de TV y exmodelo.
“Algunas personas se nublan por la fama que da la tele, pero les falta Dios, por eso llegan a denigrarse por un poco de amor”, le bajó. Y agregó que todo esto le lleva a reflexionar que Carmiña le aguantó a Camarasa y se dejó humillar “por falta de dignidad, por falta de delicadeza o por falta de amor a Dios”.
Y con respecto a lo que le pasó a Ana Laura con el pelotero Cecilio Domínguez, quien mientras estaba con ella, le suplicaba amor a su ex, Navila dijo que el primer error de la modelo fue “publicar en las redes sociales que le estás lavando los pies y limpiando las uñas a un tipo que acabás de conocer. Y después tenés que resignarte a que el hombre desea volver con su mujer y su hija”.
Y le dejó un consejito: “Las personas públicas debemos aprender qué publicar y qué no publicar de nuestra vida privada. A veces la fama y el brillo nos hacen perder el amor propio. Tenemos que acercarnos más a Dios porque es él el que nos da dignidad y fortaleza para soportar todo. Somos las famosas y que Dios nos libre de los faranduleros figuretis que se quieren aprovechar para lograr sus objetivos”, le bajó.
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