BRASIL. Agencias
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones por un juicio de destitución, así como su antecesor, Lula da Silva, han declinado la invitación a participar en la apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Anunciaron que dejan “huérfana” la inauguración de la Olimpiada, según una interpretación de Rousseff en torno a la “maternidad” y “paternidad” de la gran cita deportiva.
“Me siento madre de estas Olimpiadas”, declaró Rousseff en una entrevista, en la que apuntó que Lula “es el padre” de los Juegos. Ambos fueron invitados por el Comité Olímpico Internacional a participar en la apertura el 5 de agosto en el estadio Maracaná.
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