Nos conocimos en la Perla del Sur un día en el mes de setiembre, nos gustamos, empezamos a salir y al segundo mes ya me aconcubiné, vinieron los hijos y así… ya pasaron dos años. Entonces la relación empezó a cambiar, él se volvió más frío, todo de mí le molestaba, parecía otra persona, muy distinta de la que me enamoré. En esos días revisé su celular y encontré todo lo que no quería creer, pero ya intuía.

Pillé que me engañaba, seguimos un tiempo y después lo dejé, me dije a mí misma que la vida sigue y lo superé bien la primera vez, ahora la historia se repite, pero ya no lo puedo soportar.

Cuando me dejé de mi primer concubino, salí de la cuidad para buscar trabajo en la capital, encontré uno temporal, en un depósito de materiales de construcción donde era cocinera de medio tiempo. Ahí le conocí a mi pareja actual, que trabaja haciendo los fletes y empezamos a salir, al principio casi todos los días, pasábamos juntos todo el fin de semana y después no sé qué le pasó. Toda la historia se volvió a repetir.

Empezó a comportarse raro, me mensajeaba muy de vez en cuando nomás ya, me llamaba menos y así comencé a desconfiar de que él tenía otra. Un sábado me dijo que su mamá estaba enferma y por eso supuestamente él no podía estar conmigo ese día, pero después le pillé que era mentira.

Lo investigué, empecé a preguntar entre mis compañeras y había sido no era una mujer la que tenía sino dos, ¡yo era la tercera!

Una de las señoras me contó que incluso le mantiene, le da dinero. La otra es como su empleada, le lava la ropa cuando puede, y yo no sé qué hago a su lado. Como yo no le doy nada, no me sobra nada luego, por eso creo que prefiere más a sus viejakuéra.

Le reclamé, reconoció su error, me pidió perdón pero yo igual lo dejé porque no quiero ser cornuda consciente. Aún así me duele mucho, es un dolor que me quema por dentro, ¿qué puedo hacer para sentir alivio en mi corazón?

JULIA, DE ASUNCIÓN, 30 AÑOS

LA RESPUESTA: Algunas personas mienten, son infieles, y se manejan así en el mundo del amor, sin pensar que pueden lastimar con sus acciones y perder la oportunidad de ser feliz en una relación. Aunque no lo creas esas personas sufren igual que sus víctimas, solo con un proceso de reeducación podrían superar o cambiar si así lo desean.

Por tu parte, aceptar la realidad de lo que pasó es el primer paso para recuperar tu armonía interna. Date un tiempo para sentir dolor, rabia, impotencia… Aunque la situación en sí te produce un malestar (angustia) es bueno compartir lo que te pasa con una persona de confianza. Ayuda salir, hacer planes sencillos, concretos y realizables, cambiar la rutina. No te quedes llorando por lo que pasó y no puedes volver atrás.

Reírte de los problemas, ver el lado positivo de las cosas, despejar la mente de la mala onda, de la carga emocional que implica descubrir un engaño amoroso. Salí de la posición de víctima porque eso solo atenta contra tu autoestima, acordate que sos una persona valiosa. Pensá que cada uno es libre de elegir y si hoy esa persona tan importante te falló no quiere decir que ya no puedas perdonar ni confiar en nadie más.

Dale un respiro a tu corazón, pero no lo escondas del mundo, talvez pasa que estás buscando el amor en lugares equivocados, o te empeñas en seguir modelos de amores tormentosos o simplemente pasó y tenés que dejar pasar, cerrar las heridas del corazón.