GUARAMBARÉ. Promeseros vestidos de verde’o, con su fusil de madera en mano, pagaron su promesa de cada año a San Miguel Arcángel, patrono de los soldados y protector contra todos los males.
Algunos arrodillados sobre el caliente empedrado esperando a su patrono, mientras otros acostados, tapados con sábanas de colores, para que San Miguel pase por encima de ellos y así seguir su tradición y respeto por el santo.
“Cuando mi hija nació tenía muchos problemas, se enfermaba cada rato y tenía roncha por todas partes. Nos íbamos a todos los médicos que había, pero nadie daba solución, hasta que me encomendé y San Miguel le sanó a mi hija, por eso vengo, para agradecerle” contaba Eligio López (29), quien desde hace 9 años cumple su promesa arrodillado y ahora en compañía de sus tres hijos.
“Todo por San Miguel, es mi fiel guía y no siento dolor ni calor por la bendición que él me da”, decía el karai.
Por otro lado, la pequeña Sherezade, vestida de enfermera, va a cumplir la promesa de su bisabuela, quien la había soñado y le dijo que su misión era ser enfermera y así poder servir a San Miguel Arcángel.
“Mi abuela le soñó y en medio de su sueño me dijo que mi hija debe de ser enfermera y así poder servirle a San Miguel, ahora desde bebé ella ya empieza” decía Thamara Gines (19), mamá de la pequeña promesera.
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