ATYRÁ. Veinte años de “tradición” siguen más vivos que nunca en la ciudad más limpia del país, séptima en América y octava en el mundo. El hermoseamiento de la misma no solo se reduce a la rutinaria limpieza de los pobladores, quienes salen con sus escobas para dejar brillantes las calles atyreñas.
Desde hace alrededor de seis meses, ña Rubia, doña Presenta Ojeda, fue la ideóloga de una idea que pasó a revolucionar el reciclado, y al mismo tiempo evitar la propagación del dengue, el zika y la chicungunya, utilizando las cubiertas de vehículos que eran desechadas en el vertedero municipal u “olvidadas” en la calle, para transformarlas en planteras y otros elementos para adornar los espacios públicos de la ciudad.
“Primero lo hicimos en la cuadra, en honor a don Feliciano (Martínez, finado intendente que convirtió a la ciudad en la más limpia), no perdemos nuestras costumbres, y hoy estamos hermoseando nuestra ciudad”, señaló la doña.
El actual intendente, Juan Carlos Matto, comentó que tras el trabajo de ña Rubia, los demás pobladores empezaron a imitarla, llegando al punto, que entre barrios compiten por cuál tiene los canteros más lindos. Incluso comentó que a falta de cubiertas, la perrada no tuvo de otra que ir a buscarlas en localidades aledañas.
“Se convirtió como en una fiebre y agarró todo el barrio Las Mercedes, y también lo copió el barrio María Auxiliadora. Ahora hay una competencia tácita entre los barrios que mejoraron cada uno” dijo.
Déjanos tus comentarios en Voiz