- DEVOTO. Don Ferreira, un taxista de muchos años de rodaje, es muy devoto del peculiar santo, ya que no es reconocido por la Iglesia
Sentado dentro de su taxi para aguantar el calor infernal y secándose el sudor con una toallita, don Lucio Ferreira (64), de profesión taxista, contó con mucha emoción que todo su trabajo diario lo encomienda a San Expedito, el santo de todo lo imposible, que es muy venerado por el pueblo aunque en realidad no es reconocido oficialmente por la Iglesia Católica.
“Es un poderoso de aquellos este santo, todo lo que le pedís te da, sí o sí luego eso”, contó Lucio, quien es el único taxista, desde hace más de 10 años, en el barrio Nueva Esperanza sobre la Ruta 1, en la zona conocida como Tres Bocas, en J. Augusto Saldívar.
Don Ferreira es tan devoto que hasta tiene un llavero del santo y en la parte delantera del parabrisas tiene pegada la imagen de San Expedito. Él es quien lo cuida en su horario de trabajo, afirma.
Resaltó además que a escasos metros de su parada hay un pequeño nicho del santo el cual recibe muchos promeseros que le dejan un pasacalle en su nombre.
“Esas feroces camionetas, uno más lindo que otro, suelen venir, de todos lados luego vienen junto a él. Esta parte del tejido (señala un extenso alambrado) está lleno de pasacalles de agradecimiento”, contó el taxista.
“Le rezo todos los días, mi auto está lleno de mensajes para San Expedito, todo lo que le pido me da, es un santo poderoso”, terminó diciendo don Ferreira, a la par que justo un cliente se subía al taxi.
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