Un revuelo de aquellos se armó en las redes ayer con la historia del Ykua San Antonio, que en un tiempo atrás fue testigo de numerosos encuentros de amores puros. De acuerdo a los pobladores allá por 1913 las mujeres llegaban al altar tras dar de beber de ese pozo a los arrieros que iban a trabajar en la construcción del frigorífico de la ciudad.

La lluvia de comentarios sobre el artículo publicado por Crónica no se hizo esperar. Los varones se vieron en apuros porque las chicas se quisieron poner en campaña para armar una expedición hasta el lugar para ver si las aguas del ykua podían darles una manito con sus pretendientes.

El deseo de muchas es que sus parejas “beban” de esa agua milagrosa, de esa manera decidirse y dejar de lado al noviazgo y pasar al ñemenda.

Algunos hasta el momento se mantienen firmes en no pasar al equipo de los “lorito óga” y bajo ningún sentido quieren probar del agua en San Antonio, prefieren nomás llevar ellos mismos sus equipos de tereré por si las dudas, he’i.

Por de pronto, los novios se encuentran a salvo todavía ya que hoy en día el agua del ykua no es apta para consumir, pero más de una ya pensó en llevar por litros y darle de beber a su amor.