Condimentos había de sobra en el duelo Rubio Ñu-Trinidense. Clásico de barrio, jugadores que hace poco estaban en el plantel del rival de turno, una cancha maltrecha y -lo más importante- puntos en juego muy necesarios para el inicio del despegue. Los dos venían de ser goleados por los “grandes”, Cerro y Olimpia, en su debut y por idéntico marcador.

Sin embargo, más allá del entusiasmo y la tensión propia de un partido de estas características, el fútbol estuvo ausente.

De los dos, el mejor fue la visita, que fue más punzante en ataque y buscó el gol desde la base de una mejor conexión de sus peloteros del mediocampo. Un gol anulado a Fabio Escobar y otras ocasiones desperdiciadas marcaron el cierre del primer tiempo.

En la complementaria, y ya con un campo de juego muy maltratado, se buscó el desequilibrio. Lo logró primero el “Triqui”, con una volea de “Kaíto” Martínez, metido en ataque. Parecía triunfo para el visitante, pero ya en el descuento Diego Arrúa decretó la ajustada paridad.

¿Se enojó pio el “Toro”?

No sabemos si fue por su cambio (el técnico Carlos H. Paredes lo sustituyó a diez del final) o porque el resultado no les favorecía en ese momento, pero el “Toro” Acuña se fue directo a vestuarios con gestos de reprobación. El veterano jugador jugó un partido regular y tras su salida el “Rubio” logró empatar el compromiso.

En filas del “Triqui” tampoco hubo conformidad y el técnico Juan Daniel Cáceres lamentó el empate final porque consideró que ya tenía los tres puntos en el bolsillo.

MOMENTO CANINO Perro también entró a jugar

Un simpático perrito irrumpió ayer en pleno partido en Trinidad. El canino entró y dio saltos por todos lados, sin que nadie pueda detenerlo, por lo que el fútbol se interrumpió por varios minutos. Al final, el