- NADA DE NADA. No hay día libre, vacaciones ni feriado. Todo sea por el bien de la familia, relató a Crónica el trabajador Pedro Bogado.
Cuando se trata de llevar a casa el pan diario para los hijos, todo sacrificio es válido. Ser camionero es una de las ocupaciones más absorbentes. Se puede pasar semanas y meses sin ver a la familia, pero la recompensa es tanta cuando se ve que los hijos crecen sanos y no les falta nada, según lo consideró Pedro Fabián Bogado (28), quien hace 11 años se dedica a la profesión.
“Cuesta mucho, porque sacrificamos la familia, los hijos, pero todo esto lo hacemos a la vez por ellos, para darles un mejor futuro y aparte, en mi caso, porque vengo de familia de camioneros y me gusta esto, tengo la vocación”, empezó su relato el señor Pedro.
“Tengo dos hijos: una beba de cuatro meses y un nene de 3 años y mi señora me dijo la otra vez que por cada camión grande que pasaba frente a casa mi nene decía ‘ahí viene mi papá’ y cuando escuché eso se me formó un nudo en la garganta que no te puedo explicar, pero qué voy a hacer, hay que seguir luchando”, siguió.
Dijo que es de la ciudad Eusebio Ayala, pero labura para varias industrias, transportando todo tipo de cosas. Ahora mismo le toca llevar cartón a la ciudad Toledo de Brasil (a 160 km de CDE). “Nunca escuché que algún compañero o colega haya dicho que se tomaría vacaciones”, he’i.
Para ducharse aprovechan el oscurito y se limpian con agua que llevan ellos mismos o simplemente no se duchan. Al costado de su camión tienen una cocinita y una garrafa y ahí cocinan la comida.
Comentarios