Hola licenciada, hace tiempo que atravieso una crisis en mi vida, lo supero, me caigo y me levanto por que mi hija me da fuerzas, pero ahora me siento acorralada, estoy desesperada.

Le cuento que me dejé de mi marido porque no aguantaba más su mal humor. Tenemos una hija de 10 años a quien él adoraba, pero hace un año por ahí que con ella y todo empezó a cambiar. Parecía como que le molestaba que otras personas se me acercaran, parecía que me quería tener solo para él, nadie más que él debía estar conmigo. Ni mi compañera de trabajo o de la Facultad podían llegar a casa, porque si alguien extraño ponía un pie en la casa ya empezaba a poner cara larga, no me hablaba durante 2 a 3 semanas y si le preguntaba por qué está así me decía que él no es un loco para estar hablando y riéndose por ahí. Y que si a mí no me gustaba cómo era él, que busque nomás un lugar dónde vivir.

Así pasaron los días, aguanté sus desplantes por mucho tiempo y hace 3 meses que le dejé, pero desde que salí de la casa él me hace la vida imposible. Me busca en mi trabajo, se va atrás de mí en la Facultad, le llama a mis familiares para decir que me va a matar o que me va quitar la nena. Y lo más increíble del caso es que mi nena no le quiere ni ver, no comprendo cómo ella pudo cambiar con su papá así, porque los dos se adoraban.

Ahora estoy entre la espada y la pared, porque me quiere sacar a mi hija. Ayúdame, necesito de tu consejo.

DAHIANA, DE CDE, 26 AÑOS.

RESPUESTA: Cuando hay una separación donde hay mucho dolor y tristeza de por medio siempre es importante un acompañamiento psicológico, buscar un buen terapeuta que alivie las heridas que deja marcas en la personalidad de ambos, les impide mirar hacia delante, forjarse nuevas metas, es como cuando se piensa que nada “luego me sale bien”. La mente se llena de ideas irracionales o negativas, no permitas que eso pase contigo.

No dejes pasar la oportunidad de sentirte feliz si es que crees haber encontrado la tranquilidad en tu corazón, porque de nada sirve volver con alguien a quien ya no amas o le has perdido el respeto. A los hijos hay que darles mucho amor, él siempre va a ser su padre, pero no hay derecho a que sacrifiques tus sueños por “el qué dirán”, la vida es una sola y tenés que vivirla. Si te maltrata o te amenaza no dudes en denunciar o dejar una constancia en la comisaría más cercana a tu casa.