Este chute era clave. Y Libertad lo sabía. Por eso, más allá de cómo se juegue, la consigna era clave: había que ganar. Y cumplió. Sin poder desarrollar el fútbol de otros encuentros y no porque el rival no lo haya dejado, sino por cómo se encontraba la cancha por culpa del diluvio, supo sacar ventajas. Como que tuvo un “Ángel” aparte.
En medio de una torrencial lluvia, una buena proyección de Giménez y un pase justo para que Cardozo con un toquecito la mande adentro, fue suficiente para sacar esa ventaja que precisaba y salir a flote.
La cancha, por demás pesada, complicó todo. Pero el “Repollero” tuvo mucho “agua-nte”, primero para proponer y desgastarse por la adversidad del campo y luego para manejar el partido. Así, en los segundos 45 controló casi a placer, debiendo soportar solo un par de llegadas, estando incluso cerca de un segundo grito.
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