GUSTAVO GALEANO. CORRESPONSAL

CIUDAD DEL ESTE. “Aun no pude creer todo lo que pasó, Ñandejára” manifestó con una apariencia aún sudada por el tremendo susto que pasó, don Luis Benítez; de profesión taxista que se dirigía hacia el centro de la ciudad y se topó con un escenario inimaginable, “una guerra esteña” como él mismo lo bautizó. Y no era de menos, unos 60 ñatos tomaban por asalto la ciudad fronteriza con un objetivo clarito, llegar hasta la empresa que más pira pire maneja en el Paraguay, Prosegur.

“Ndoikuaaséi mba’eve umi tipo (no querían saber nada esos tipos) explicó el trabajador del volante al momento de asegurar que la mayoría de los integrantes, como 20 ñatos en ese sector, solo hablaban en portugués” he’i el taxista.

El auto de don Benítez no fue quemado como los dos primeros con los que se toparon los criminales, pero de igual forma recibió unos cuantos disparos con proyectiles que perforaron su taxi como si fuera queso recién elaborado. Había sido, el pobre trabajador pasaba por el lugar equivocado y en el horario menos indicado, ya que al parecer los marginales cronometraron su golpe en el que el taxista apareció sin ser invitado.

APRIETE

Llegaron entre 4. El hombre dijo que fue atacado por cuatro brasileños que llegaron con armas de grueso calibre hasta donde estaba.

AMENAZA

Tenían bombas. Benítez dijo que les imploró a los malevos que no le incendien el vehículo al verlos amenazantes con bombas molotov.

“DOIS MINUTOS”

Ultimátum a taxista. Tras recibir los disparos, el auto quedó en llanta, por lo que Benítez se bajó a ver. Le dieron dos minutos para “desaparecer”.

INSERVIBLE

Ya no arrancó. Atendiendo a que balas de grueso calibre perforaron la chapa y afectaron a la parte interna del motor, el auto ya no arrancó más.