Desde muy joven, Primitivo Flecha (51) conoció el verdadero sacrificio. A los 15 años tuvo que dejar su hogar en Valenzuela para poder darle un rumbo a su vida y de alguna forma ayudar a su madre. Llegó a la capital del país y empezó a trabajar como constructor, luego en varios locales gastronómicos atendiendo clientes.
Se capacitó y se recibió de mozo, a lo que se dedicó muchos años y hoy día tiene una vida totalmente estable económicamente, pues es dueño de una pollería, tiene clientes formados y en solo tres días ya hace para el puchero de la semana.
“No fue fácil, pasé muchas cosas para llegar acá. Antes de tener este negocio era mozo, trabajé en todos los grandes hoteles de Asunción, luego me decidí y empecé con un carrito a vender pancho y hamburguesa, lomito, hasta que un día probé el asado y me resultó bastante bien”, relató a Crónica.
Dijo que a partir de que empezó a incluir el asado a su carrito, le tomó solo 6 meses posicionarse y agarrar clientes. “Fue todo muy rápido, luego ya me hice de un lugar que es este (ruta Luque-San Lorenzo) e incluí lo que es pollo al espiedo y tengo buenísima recepción de la gente”, siguió.
Su negocio lo abre de viernes a domingo y de lunes a jueves se dedica a descansar y hacer deporte. “Es un trabajo bastante sacrificado, pero solo con el sacrificio uno puede salir adelante”, aseguró.
LOCAL
Hace 15 años
Hace 15 años que don Primitivo tiene su local “Pollería punto clave” y ya tiene sus clientes formados de hace añares, he’i.
CLIENTELA
Secreto
El secreto para atrapar clientes siempre fue hacer la degustación de su carne sin costo alguno. Eso lo ayudó muchísimo.
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