“Mala yunta”, escasez económica y sin fe. Así fue la adolescencia de Wilson Romero, oriundo de Encarnación. Su vida no tenía un rumbo definido, asegura.

“No sabía lo que hacía, estaba en medio de personas que se drogaban y mi vida no tenía un camino a seguir, algún propósito, nada de eso. Es más, era ateo, ni siquiera creía en Dios”, dijo.

Pero de pronto, todo eso cambió por completo. Hoy, Wilson tiene 20 años, dejó las malas compañías, fortaleció su fe y ahora es dueño de una miniempresa que consiste en trabajos con pintura.

“Dios cambió mi vida y a mi corta edad pude crear mi empresa. Realizamos trabajos en altura, somos especialistas en eso. Hacemos todo tipo de trabajo de difícil acceso como por ejemplo limpieza de vidrios en los edificios. No importan la altura ni el riesgo. Tenemos trabajos en diferentes ciudades como Encarnación, Caacupé, etc”, he’i.

Wilson contó cómo fue que su vida cambió completamente.

“Como te decía, estaba en metido en la ‘mala yunta’. Cuando tenía 16 años comencé a vender CD piratas y bollos en la calle y con la ganancia sobrevivía apenas. En ese lapso, fui acuchillado en el brazo por una patota. Quedé mal” he’i.

Contó que “los doctores me decían que iba a perder el brazo. Fue ahí que me vino en la cabeza como otras personas hablaban de un tal Dios. Entonces, como última opción, le dije a Dios que si realmente existe que salve mi brazo, que haga el milagro en mi vida. Y lo hizo. Ni los doctores pudieron creer lo que pasó conmigo”.

Ese no fue un hecho más en su vida. “Ahí comencé a creer en él y me dio cosas maravillosas. Tuve una visión emprendedora y ahora estoy afianzándome en este rubro. Somos jóvenes, pero muy profesionales y eficaces”, tiró.

“Ayudar a los que necesitan trabajo”

“Tengo un compromiso, un pacto con Dios, el cual es el de ayudar a los que necesitan trabajo. No importa si son dorgadictos y que estén en malos pasos. Sé los que esas personas pasan y sé que Dios me ayudará para ayudarles a salir de eso. Ese es el compromiso que tengo con Dios”, dijo.

“Comencé con una escalera que mi vecina utilizaba en su gallinero. Los clientes comenzaron a aumentar y hoy en día ya cuento con personales y todas las herramientas esenciales”, omombe’u.

“Dios levantó a un hombre que no era nada”

Wilson recuerda como fue que se dio cuenta que lo suyo era la pintura. “Cuando Dios me salvó de aquella cuchillada que recibí, le pregunté si tenía un propósito para mi vida. En ese lapso, una señora quería que se le pinte la parte de en frente de su negocio. En mi vida pinté algo, pero fui y le dije que lo haría, y como le pasé un presupuesto bajo me aceptó y ahí me di cuenta que la pintura era lo mío”, he’i.

“Dios levanto a un hombre que no era nada ni nadie, sin profesión prácticamente. Y quiere que yo ayude a hacer lo mismo con otros que realmente necesitan. De que tengamos esa visión de emprender”, dijo.

“Él te quita de todo tipo de problemas”

Wilson he’i que comanda un grupo en la cual su hermano Osmar es su mano derecha. “El más joven tiene 18 y el más viejo 32”,dijo. “Estamos creciendo gracias a Dios”, he’i.

“Repartí curriculum y mi tarjeta de aquí para allá, toqué puertas en todas partes y hoy estoy viendo el fruto de ese sacrificio”, comentó.

“El primer trabajo grande en Altura y con silleta fue en la Torre de Aviadores del Chaco. Luego ya tuvimos trabajos en el Hotel Bourbon y otros grandes locales. Uno dirá que es imposible que un pintor que no tenga ningún título o poca experiencia agarre estos tipos de trabajos. Es que Dios está con nosotros y hace que nuestro trabajo sea súper eficiente”, omombe’u.

Por último, Wilson dejó un mensaje a los jóvenes. “Tienen que seguir los sueños. Y tienen que saber que nada es imposible para Dios. Él te quita de todo tipo de problemas como por ejemplo los vicios, con él la victoria es segura”, tiró.

DATO

Para los contratos de “Pintuservic. R.S” podés llamar al  0985541032.