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Cocinaban a los bolí

Cocinaban a los bolí

EN SILENCIO. Muchos de estos relatos no son muy contados, pero sin embargo he’i que eran comunes en las épocas de guerra

Don Patricio Ávalos es un excombatiente de la Guerra del Chaco que tuvo a su cargo cuidar una de las fortificaciones paraguayas. Según sus hijos, que son 15 aproximadamente, el veterano siempre contó que a los bolivianos que caían presos los mataban y los asaban a fuego ardiente, en venganza a los soldados paraguayos caídos en Bolivia, a los que como tortura les arrancaban los testículos ndaje.

Oriundo de Villeta y con muy buena salud, don Patricio siempre contó la terrorífica anécdota. “Él tenía a su cargo cerca de 50 prisioneros”, omombe’u uno de los nietos.

Su hijo Patricio, con quien vive desde hace un buen tiempo, he’i que su papá siempre contó que tomaron a 5 bolivianos. A uno de ellos se le mandó juntar leña, mientras mataban a los otros cuatro. “Él contó que le metían un palo por ahí (por el ano) y los colgaban al fuego y los asaban”, he’i Patricio (hijo), quien aseguró que historias como esta por lo general no son contadas, pero que sí eran comunes en épocas de guerra.

Según los registros, don Patricio, quien ya tiene un siglo de vida, había sido llevado a los 15 años para defender la soberanía del Chaco. Volvió a los 18 años y formó su familia. El veterano de guerra actualmente vive feliz rodeado de sus hijos, nietos y bisnietos gozando de una buena salud en el barrio San Pablo de Asunción.

SANO

Con cien años vividos, aún recuerda a sus camaradas y goza de buena salud.

Fusil en mano

Don Patricio siempre contó que peleó en Bahia Negra y en Campo Vía. Fue a servir al Chaco a los 15 años de edad.

Recuerda a sus superiores y a sus padres

RECUERDOS. Son varios los momentos compartidos con don Patricio.

El centuriano karai recuerda mucho a su superior directo con quien peleó en la guerra, un tal teniente Barreto. Avei, no olvida a sus padres a quienes los extraña bastante, según su hijo Patricio. Toda la familia se reúne en una mesa larga con abundante asado, comida que le gusta bastante al veterano, cada 12 de junio para recordar el fin de una guerra que enfrentó a dos países hermanos.

Olvidado por el estado y la sociedad ingrata

HOMENAJEADO. Muchísimos familiares estuvieron presentes.

Sus familiares se quejaron del olvido por parte de las autoridades nacionales, principalmente de las Fuerzas Armadas, porque según ellos nunca les llamaron ni siquiera para saber cómo está el héroe nacional. “Allá en las FFAA tienen todos sus datos, dónde vive y todo, pero nunca le rindieron un homenaje por lo menos”, he’i Patricio (hijo). De igual manera, el que alguna vez con rifle al hombro defendió al país, hoy pasa supertranqui en su casa rodeado de su abundante descendencia. Sus familiares lo siguen mimando y cuidando como el baluarte de la casa y lo visitan cada vez que pueden. Con 100 años encima, con unos ojos azules y una mirada que esconde recuerdos crudos de la guerra, don Patricio sigue vivo y con buena salud en el corazón del barrio San Pablo.

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