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«Nos dimos un beso y sellamos nuestras vidas»

«Nos dimos un beso y sellamos nuestras vidas»

En un segundo mi vida cambió, ya parecía tan lejano aquel calvario que pasé entre tantos amores que conocí. Este parece diferente -me dije- siempre con un temor espantoso a un nuevo fracaso. Nos dimos un largo y apasionado beso… Y en fin, de tanto que me insistió yo le acepté a este muchacho mucho más joven que yo y con sus virtudes y defectos, porque no fue fácil tampoco todo lo que viví a su lado, con tres hijos ajenos a cuestas.

A pesar de todo él me aceptó y yo a él, sufrimos mucho al comienzo, sufrimos mucho porque su mamá no me quería. Y en el fondo yo le comprendía a la señora, siendo yo mamá soltera y mucho mayor para su hijo, así que me puse las pilas y aguanté hasta que ahora ella es la que más me quiere, porque vio que le quiero a su hijo.

Pasamos hambre, frío, porque uno de sus defectos es que es demasiado orgulloso como para pedirle a sus padres, él perdió su trabajo y solo dependía de mí un tiempo. Un día, de tanto quebranto no aguanté y estuve a punto de bajar los brazos hasta que sentí la mano de Dios en la espalda, era como una señal que me pedía seguir adelante.

Y así fue, todos los días en mis oraciones yo le pedía sin cansancio un buen trabajo para mi marido que ya se estaba perdiendo en el vicio del juego. Y de un día para otro le ofrecieron un trabajo como sereno, no era mucha la paga, pero para mí ya era como una bendición del cielo y agua mansa para la tempestad que ya estaba pasando a su lado.

Solo quería compartir mi historia para que sirva de testimonio a todas aquellas mujeres que sufren, que no se den por vencidas, para que nunca pierdan la esperanza en su búsqueda del amor.

ROSA, DE PARAGUARÍ, 34 AÑOS

RESPUESTA: Antes que nada, la agradecida soy yo por abrir la ventana de tu corazón y compartir con nosotros una parte de tu historia de vida. Muchas veces los golpes que recibimos de este mundo pasajero endurecen la razón y acumulan un miedo terrible a repetir modelos de sufrimiento, tanto que rechazamos todo, hasta lo bueno que nos podría pasar asumiendo cada reto.

Creo que la lección más importante aprendida es que todo se puede si uno quiere y se esfuerza por conseguirlo, que si el amor llama a la puerta y sientes que es el momento de abrir nuevamente el alma, hay que animarse a vencer los fantasmas del pasado. Fuerza y nunca bajes los brazos, escuchá lo que te dicta el corazón sin perder la razón.

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