• CRECIMIENTO QUE “PICA”. Nos cuenta también sobre su ascendente carrera como conductora en Telefuturo; no todo es color de rosas, hay muchos que buscan verle caer

– Celebrando el Día del Padre, ¿qué nos podés contar del general (Críspulo Orué)?

– Para mí, mi papá siempre fue mi héroe. Salía temprano de casa y cuando volvía, yo le desataba el cordón y le sacaba su bota. Esa era mi tarea de todos los días. Lo recuerdo bien.

– Siendo niña, viendo a tu papá vestido de militar, ¿qué cosas te hacía imaginar eso?

– Siempre pensaba que mi papá se iba a ir a la guerra. En realidad, ese era mi miedo. ¡Y le preguntaba! Él me respondía que si había una guerra, que sí se tenía que ir.

– Los militares no se quedan, ¿te tocó acompañarle en sus unidades militares, en sus traslados, que seguramente los habrá tenido?

– Sí, pero me tocó ya en la última parte. Mis hermanos mayores sí, ellos vivieron más esas etapas de los traslados, las mudanzas. Llegaron a vivir en el Chaco, en lugares remotos. A mí me tocó vivir en Concepción, pero cuando era chiquita todavía. Nací en Asunción, después viví en Concepción hasta los 4 años. Después volvimos, él se fue dos años más a Villarrica, pero se fue solo ya.

– ¿Cuántos hermanos son?

– Nosotros somos 4 hermanos, yo soy la tercera.

– ¿Sos la más consentida?

– En realidad, no. Mi hermana Ada y el “pahague” Martín son los más consentidos de mi papá.

– ¿El otro hermano cómo se llama?

– Gustavo es el mayor de todos.

“HOMBRE RECIO, RUDO”

– A los militares se los ve como hombres fuertes, duros, ¿cómo era tu papá fuera del uniforme?

– Sí, es verdad. A mi papá, cuando estaba en el cuartel, siempre se lo vio como un militar rudo, recio, serio, con voz de mando. Pero en casa él es todo lo contrario.

– ¿Cómo es?

– Papá es más un hombre de acciones que de palabras. No es de decirte cosas, de expresarse mucho, pero sí es de prepararte y llevarte el desayuno, por ejemplo. Papá, con sus actos, siempre nos cuidó mucho. Estuvo presente en todas nuestras necesidades. Yo estoy inmensamente feliz de haber tenido siempre un papá que me acompañó, un papá presente. Por eso te repito. Que el hecho de ser poco expresivo, eso no le quita lo bueno que es. El que le conoce a papá, siempre rescata que él es, por sobre todo, un hombre muy noble.

– ¿Hace cuánto tiempo dejó la actividad militar?

– Mi papá es general en situación de retiro. Durante el mandato de Fernando Lugo, hace unos seis años, pasó a retiro. Estuvo casi cuarenta años en servicio.

UN CAMBIO “IMPENSADO”

– Después de 40 años en servicio, ¿cómo le tomó dejar la actividad?

– Él dejó la actividad militar y tomó el mando de la estética de mamá. De militar pasó a manejar un centro de estética. Él maneja absolutamente todo. Entiende todo, aparatología, masajes…

– ¿Él maneja también los aparatos, los masajes?

– Papá está ahí para administrar, pero llegan las clientas y piden por él. Quieren que él les atienda. Hay chicas que están para eso, para los masajes estéticos, para el uso de los aparatos… Pero…

– ¿Y tu mamá le deja sin problemas, no se pone celosa?

– Mi mamá se dedica más a la parte facial. Es muy simpático. Las chicas con él nomás quieren. Mi mamá no tiene problemas, trabajan juntos con papá.

UN BAR

– Vemos que ahora está abriendo un bar también…

– Sí, es un nuevo emprendimiento familiar con mi cuñado. Viejo Bar, papá le puso el nombre.

Es el negocio que lo tiene entusiasmado ahora.

– ¿Onda retro?

– Sí, es una onda retro. En la decoración hay muchas cosas antiguas. Están en el bar algunas piezas antiguas que eran de él, de la familia.

MODELAJE

“Yo tenía 17 años cuando arranqué con todo en el modelaje. Era la nena de papá y para él fue como un poco fuerte que yo haga fotos, suba a las pasarelas. A papá no le gustó”, recordó Patty.

– ¿Era celoso por su hija?

– Por su cargo mismo, como militar, fue muy fuerte para él. Primero conté con el apoyo de mamá. No es que yo era una rebelde o una desobediente, sabía lo que quería a largo plazo. No le iba a decepcionar. Por el camino fue aceptando, pero fue todo un proceso. Me decía que prefería acompañarme que dejarme sola. Al final, cuando tenía desfiles, terminó siendo mi guardaespaldas y, de paso, conociendo a todos en el ambiente de la farándula. Terminó gustándole de paso (risas).

CONDUCTORA

– De modelo a conductora de TV y en horario central, ¿es lo que soñabas?

– Desde chica me vi en los medios, me vi haciendo programas. A lo mejor no sabía muy bien a dónde apuntaba, pero quería ser conductora. Fue un largo proceso descubriéndome. Igual, hoy en día, no es que estoy ajena al modelaje. Sigo haciendo publicidades. Dejamos los desfiles shows. Fue una muy linda experiencia en mi vida en esa etapa. Gané buena plata, me hice conocida. Mucho de lo que hoy soy se debe a ese fogueo que tuve con la gente. Y, obviamente, eso me ayudó a llegar a donde estoy hoy.

– Muchas modelos tienen oportunidades de estar en programas de TV, con distintas participaciones, pero difícilmente logran escalar, ¿por qué?

– Las modelos tienen las puertas abiertas en los medios. Una tiene que estar preparada cuando te toque la oportunidad. Y es probable que esas oportunidades se te den solamente una vez. Yo me supe ganar mi espacio. Y es importante que el público también acepte lo que estás haciendo.

– ¿No te molesta que te señalen como la exmodelo, la que mostraba su cola en pasarelas?

– El pasado forma parte del presente. No tengo nada que esconder. No hay nada de lo que me pueda arrepentir.

– ¿Cuál fue el programa que te ayudó a llegar donde estás hoy?

– Creo que Tercer Tiempo y El Resumen. Estuve un buen tiempo, tanto en Tercer Tiempo como en El Resumen. También me di cuenta de que podía aspirar a más. Fue un entrenamiento para mí.

– Pero en Tercer Tiempo te soltabas más, se te veía como que eras vos misma ahí…

– Justamente, en ese tiempo me empecé a reír. A la gente le empezó a gustar, y ahí me di cuenta, “este es el camino, ser yo misma”. A partir de ahí fue el cambio.

– Cuando te convocan para “Yo me llamo”, para conducir con Kike, ¿qué dijiste?

– Dije “¡Lo logré!”. Ya eran casi 6 años de venir siendo panelista. Decía: “Sé que puedo más”. Justo llegó la propuesta cuando estaba como en stop, me ponía un poco triste sentirme un poco estancada. Y cuando me proponen hacer dupla con Kike, en un formato nuevo, fue muy fuerte. Si bien estaba ante la oportunidad de mi vida, a la vez me sentía con miedo. Fue una prueba de fuego. Vi varias figuras que pasaron, no resultaron y las guardaron otra vez en el freezer.

– Ahora termina “Yo me llamo” y vas a tener tu propio programa…

– Sí, arrancamos a finales de este mes (con Vive la Tarde), de 17:00 hasta las 18:00, y desde agosto, dos horas, desde las 16:00 hasta las 18:00. Es un franja horaria nueva para un programa de producción nacional. Tenemos el desafío de consolidarnos, de hacer un buen equipo, un buen programa, de llegar a la gente, con Pitu Willis, Nathu González y un gran equipo en el que están Clara Franco, Gustavo Corvalán, Óscar Pintos y Ángel Zaracho.

– ¿Sentís que tus logros en Telefuturo están molestando a muchos?

– Sí, hasta ahora hay gente a la que le molesta que yo siga creciendo. Hay mucho machismo, hay gente que quiere tirarte para abajo y hacerte sentir que no valés, que no tenés que estar ahí.

Entiendo que hay gente que batalla a lo mejor estudiando y repartiendo la carpetita (currículum), pero yo también me preparé. A lo mejor, como dicen muchos, ser linda y tener un lindo cuerpo me ayudó, pero con eso no basta. Mi crecimiento molesta dentro del entono, en el holding… Lo siento mucho.