Más allá de su apariencia, aroma y sabor, la frutilla humecta, nutre y suaviza la piel. Debe ser usada con otros compuestos dependiendo del tipo de piel. Debido a sus propiedades aporta un beneficio adicional que va más allá de lo nutricional. Las frutillas presentan una gran capacidad antioxidante dada por la presencia de ácido ascórbico (vitamina C), provitamina A y vitamina E, entre otros; estos compuestos nos ayudan a combatir los radicales libres que dañan la estructura celular y son los causantes del envejecimiento cutáneo.

La frutilla es buena para la salud por su alto contenido de vitaminas antioxidantes y porque aporta importantes beneficios para la piel: balancea la grasa del cutis, absorbe la grasitud y limpia las células muertas de la piel.

Contiene calcio, potasio, vitamina C, manganeso, magnesio, zinc y silicio. Es una de las frutas que más sustancias tienen contra el envejecimiento de la piel.

Se utiliza para tratar diversas afecciones, como la anemia, las astenias (estados de fatiga), la menopausia, la gripe, los resfríos y, además, puede ser un buen remedio contra el reumatismo.

Crudas

Para aprovechar al máximo sus beneficios se indica que la frutilla se debe comer entera y en cruda.

Mezclada con espinaca combate el bruxismo

Todo es bueno de la frutilla, además de ingerirse su fruto, la raíz y las hojas cocidas. La raíz es diurética y astringente, y las hojas sirven para combatir la diarrea crónica. Se dice que es buena para combatir problemas de bruxismo, la respuesta automática que lleva a algunas personas a apretar los dientes, se aconseja aumentar el consumo de frutillas y espinaca. Para el dolor de músculos: la mialgia es consecuencia de la tensión, del cansancio por exceso de uso y de alguna lesión. Se debe aumentar el consumo de antioxidantes, como la frutilla y los cítricos. Cuánto consumir: se aconseja ingerir una taza de frutillas tres veces a la semana.