Lindo y añejo. Como acostumbran, Olimpia y Guaraní cumplieron con las expectativas. Intenso, dinámico y por momentos con buen juego. ¡Bien clásico!

En esta edición, el más guapo fue el Decano, que arrancó con mala pata por la lesión de su mejor delantero Wálter González, pero igual se las arregló. Mucho tuvo que ver el ingreso de William Mendieta, que acompañó perfectamente a la figura del partido, Néstor Camacho.

De una pelota parada, el Franjeado logró golpear primero. Los aurinegros no pudieron despejar y eso aprovechó el “10” para aplicarle una media chilena y valerse de su calidad para desatar el primer grito.

Al toque nomás, el Decano volvió a dar otro cachetazo. Nuevamente la pelota detenida fue la receta. Pero el que apareció y peinó en el primer palo fue Camacho, para sorpresa de todos, para vencer la resistencia de Aguilar.

Así se cerraba la primera mitad y eso fue suficiente para que el equipo de Almeida vuelva a sonreír en el torneo. La complementaria tuvo como dominador del juego al “Indio”, pero era imposible contra la férrea defensa franjeada.

En la etapa final ya no hubo goles, pero sí emociones y un expulsado. Novick, a las duchas con bronca, dejó a su equipo más descolocado. Con la misma sensación, salió Mendieta, pero por ser cambiado. Pulsaciones altas y premio merecido al que más la peleó.

NÉSTOR CAMACHO

Además de ser talentoso, mostró otra faceta. Solidario y peleó contra todos.

JULIO QUINTANA

Flojito de vuelta. Dejó pegar mucho y se le escaparon varias tarjetas.