La actividad física diaria, que es un factor protector contra el cáncer de mama, te hace bien en todo. “Son numerosas las evidencias científicas que reportan los beneficios fisiológicos de adoptar un estilo de vida activa”, indica la doctora Mirta Ortiz, presidenta de la Red de Actividad Física del Paraguay (Rafapana).
Es buena para la salud del corazón que se vuelve más potente al realizar esfuerzos físicos controlados (no exagerados). “Él adquiere la capacidad de trabajar con una frecuencia cardiaca menor en reposo por su mejor eficiencia de contracción y de adaptación de estructuras internas. Este entrenamiento debe estar adecuado a cada persona”, sostuvo.
El metabolismo también funciona mejor gracias a la actividad física, con la reducción de los niveles altos de glucosa en sangre (30%), incremento del colesterol bueno (HDL) y disminución del Colesterol malo (40% menos de LDL y 15 % de los triglicéridos).
Es también una forma de prevenir la temible sarcopenia (disminución de la masa muscular) que conlleva a una vulnerabilidad del sistema inmunológico y a la disminución de la autonomía e independencia, que vuelve frágil una persona, con funciones debilitadas, con dificultades para realizar actividades cotidianas de la casa o para trasladarse caminando a sus lugares de trabajo o estudio, entre otras tareas.
En tu vida
Siendo activa, tenemos mayor captación de calcio por los huesos para prevenir la osteoporosis, evitando fracturas óseas.
Como un todo
Para construir la salud de las personas a nivel individual y colectivo en sus dimensiones física, psicológica, social y ambiental.
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