Acompañado de su padre, disfrutaba los clásicos desde las gradas cuando era niño. Sufrió y gozó, pero nunca dejó de soñar con ser parte de la máxima fiesta pelotera. De grande, atajó para los dos. Hablamos de Danilo Aceval, exarquero que defendió a Cerro y Olimpia.

“Mi papá siempre me llevaba a los clásicos. Eran los únicos partidos a los que íbamos. Como todo niño que soñaba con ser futbolista dije en ese momento que alguna vez tenía que jugar un clásico, pero jamás pensé que se me iba a dar en los dos equipos. Soy un agradecido” contó a Crónica.

Obviamente, Aceval extraña esos tiempos. “Uno vive y siente en la calle que está a días previos del clásico. Siempre te preparas de la misma forma para los partidos, pero antes de enfrentar al rival de siempre hay algo diferente, una adrenalina especial” siguió.

Si ganás, viva la pepa, pero si perdías, ¡¡ndiii!! “Era un bajón total perder. La única forma que tenías para sacarte esa espina era con una victoria en otro clásico. No hay otro partido igual” remató.

Lejos de las canchas, pero siempre presente en la memoria de la afición. Danilo no dio pronóstico, pero aseguró un buen espectáculo.