CON LA ESPOSA de su amigo, jodiendo y hablando se citaron en la esquina de un bar, sin mucha charla de por medio, se dieron un beso y al rato ya pasó lo que tenía que pasar

Todo comenzó un día en que la esposa de un amigo me llama a preguntar por su esposo, ya que le dijo que estaría conmigo. Yo le dije que estaba, que recién salió para su casa, mentí para cubrirle. Desde aquel día no dejé de pensar en ella, ya que tenía un cuerpazo.

Un día estando solo pensé en escribirle, preguntando por mi socio y enseguida me contestó para decirme que no estaba, desde aquella vez mensajeamos a diario y de a poco los mensajes subían de tono, empezamos a hablar hasta de sexo. Un día jodiendo y hablando de sexo nos citamos, nos encontramos en la esquina de un bar, sin mucha charla de por medio, nos besamos y al rato ya estábamos en un taxi rumbo a un lugar para estar solitos. Ella estaba dudosa y temerosa, pero se dejó besar y en medio de mis caricias logré romper su caparazón y ya te imaginarás lo que pasó. Después de eso sí empezamos a hablar, me contó todos sus problemas, lo mal que estaba, que la maltrataba y engañaba todo el tiempo, por más que ella se hacía que no veía, había cosas que eran muy notorias. En cambio, me dijo que yo le daba todo lo que ella quería, una brazo amigo, una caricia, una palabra de ánimo, decirle qué linda estás, mi cariño incondicional. La mujer era un cañón, por mucho tiempo tuvimos algo, pero no te niego que sentí mucha culpa por ser desleal con mi amigo. Ambos creo que nos sentimos tan culpables que un día así como empezó todo, terminó. Hasta ahora somos amigos y de vez en cuando nos lanzamos una miradita cómplice, solo que ahora yo estoy casado… y ya no puedo portarme mal aunque ganas no me faltan.

LEO, DE ATYRÁ, 51 AÑOS

RESPUESTA: Si ya tomaste un rumbo y ella también está con su pareja sería mejor no avivar el fuego entre las cenizas, para evitar dañar lo que verdaderamente amas.

Tal vez sea mejor dejar la historia que vivieron en el pasado, teniendo en cuenta que si esta persona te buscó por tener problemas de pareja al final terminó en un escape pasajero, que pudo traer dolor y efectos colaterales a su relación. Lo ideal sería que cada persona que está atravesando por una dificultad en su nido de amor, lo resuelva ahí, no buscar refugios pasajeros. Si con palabras no se puede, hay que asesorarse por un terapeuta de parejas, son esos que hacen de espejo para que puedan visualizar los problemas que a simple vista como que no se quieren reconocer.