• PELIGROSA. Un albañil le hizo la casa a la vecina, una mujer separada que se mudó al barrio, ella le hizo probar las mieles y las hieles del amor por culpa de sus terribles celos

Todo empezó hace 3 años, cuando me junté con una mujer separada, durante un año fui el hombre más feliz del mundo y por dos años me sentí el más infeliz. La conocí cuando ella se mudó al barrio, compró una casa y me contrató para modificarla, como soy albañil agarré el trabajo, sin darnos cuenta, nos enamoramos.

La relación se fue deteriorando, creo que por culpa de los celos que ella siempre tuvo por mí. Siempre me quiso tener en una burbuja, de la casa al trabajo, sin tiempo ni para respirar hasta que me cansé. Terminábamos, al día siguiente volvíamos, era un círculo de nunca acabar, hasta que me decidí y un día salí con lo puesto con ánimos de no regresar más.

Pasaron los días, los meses, y ella me pedía para volver. Yo no me alejé del todo, siempre la visitaba como amigo, la ayudaba en todo lo que hacía falta en la casa, pero intimidad ya no.

Si bien ella me buscaba en ese sentido, yo me negaba. Sigo ese dicho que dice “cuando la sombra se muda, ya no hay nada que hacer”, es decir que cuando se termina el amor, se termina. Empecé a salir con una amiga para olvidar el trago amargo que deja un adiós, por más que yo fui el que tomó la decisión, siempre queda algo que lastima en nuestro interior. No sé cómo pero mi ex se enteró, se enfureció y quemó toda mi ropa por completo, todo lo que había dejado en su casa, casi me dio un infarto.

Yo estaba en mi trabajo cuando eso pasó, pero todo el vecindario me llamó para avisarme. Se encargó de que todos sepan que yo estaba con otra chica y que con eso ella cobraba venganza.

No hice nada, todo quedó así, pero ahora ni el saludo nos damos. Estoy estable, no perdí mi laburo por suerte, que es lo que me preocupaba después del escándalo que hizo y que llegó hasta oídos de mi patrón.

Pero ella seguía mis pasos, averiguando todo de mí, yo seguía saliendo con mi amiga, empezamos a andar juntos y en eso se embarazó. De eso se enteró mi ex, se puso como loca, ahí empezó a enquilombarme la vida.

Me acosaba día y noche y le atropellaba a mi novia en su casa, ella llegó a perder el embarazo y terminamos. Fue así que me quedé solo. Cuando me acuerdo me altero, y a veces lloro sin querer. Ahora no sé si regreso con mi ex, a pesar de todo, me dice que me ama y quiere recomponer la relación.

JULIO, DE ITAUGUÁ, 40 AÑOS

RESPUESTA: Hay personas que no sienten culpa, pueden estallar en cólera, ira o tristeza, cuando las cosas no son como ellos quieren, y tienen la particularidad de simular sentimientos de amor con tal de controlar, y hacer sufrir a los que le rodean (amigo, compañero, pareja).

Sienten placer al anular la voluntad del otro, demostrar superioridad, atacarlo, puede ser señal de que estamos ante una personalidad con rasgos de psicopatía.

Hago esta introducción para referirme a la conducta simbólica de tu ex al “quemar la ropa”, para esa persona tal vez fue un escape emocional al perder los hilos del control. Lo más sano que puedes hacer es alejarte, por más que te vuelva a buscar, mensajear, saludar, la próxima vez puede que sea peor.

La decisión siempre será tuya, pero de igual modo, te aconsejo empezar una terapia además de refugiarte en la fe, hay heridas que requieren ser curadas antes de empezar otra relación. Fortalecer tu personalidad, desarrollar habilidades sociales para no dejarte manipular por ningún amor enmascarado.