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¡Un Milagro! en la “bajada de la muerte”

¡Un Milagro! en la “bajada de la muerte”
  • VOLVIÓ A NACER. “Dios me dio una segunda oportunidad al igual que a mis compañeros. No cabe duda que es mi amigo” dijo conductor tras el susto. (por Rodrigo Valdez)

El Kurusu Peregrino, ubicado en el kilómetro 48, da inicio a la peligrosa pendiente que se extiende hasta el kilómetro 40 de la ruta II en Ypacaraí. La “bajada de la muerte” –como lo “bautizaron” los propios lugareños– ya se cobró la vida de innumerables personas en terribles accidentes. Pero también es un lugar donde los milagros ocurren.

Este caso involucra a un camionero y sus asistentes, quienes pueden decir que “vencieron” al “tramo del horror”. Ayer, cerca del mediodía, don Baldovinos Ortiz (39) iba al mando de un camión que llevaba 30 mil kilos de madera.

Volvía de San José de los Arroyos e iba rumbo a Capiatá, cuando –al momento de descender entre las paredes del cerro en el km 47, los frenos de su camión fallaron y todo parecía que el final sería igual a aquel accidente váiro ocurrido en el mes de marzo, donde perdieron la vida 6 personas.

Pero don Baldovinos, en medio de la adrenalina que aceleraba más y más su ritmo cardiaco decidió chocar por la pared del cerro y milagrosamente todos ellos resultaron ileso.

“Bajamos sin freno como 200 metros. Se me vino a la mente los diferentes accidentes que ocurrieron aquí y pensé en lo peor. Dios me dio una segunda oportunidad al igual que a mis compañeros” dijo don Baldovinos.

“No cabe duda que Dios es mi amigo. Volví a nacer. Esto pudo haber sido una terrible desgracia si seguíamos bajando, pero por suerte salimos todos ilesos” agregó. “Lo primero que hice fue mirar a mis compañeros y cuando ellos me hablaron hasta casi lloré de la alegría al ver que todos estábamos bien” dijo.

A un paso de la muerte”

Don Baldovinos, quien hace 17 años es camionero, he’i que el camión quedó sin frenos y al momento de darse cuenta una corriente fuerte le pasó por todo su cuerpo. “Se me vino a la cabeza la imagen de mi familia y que teníamos que zafar como sea de ese percance. Estuvimos a un paso de la muerte” dijo y agregó “decidí hacer esto (choque) porque podía ser peor si llegaba a impactar por otros vehículos. Gracias a Dios estamos sanos” finalizó. Por su parte, doña Otilia Paredes, dueña del camión afectado, dijo que por suerte no hubo víctimas fatales que lamentar. “Esto es un milagro. Lo importante es que todos estén bien y que no hubo heridos, lo material se recupera, es lo de menos” dijo.

Con otro camión

Con ayuda de otro camión lograron estirar y sacar el rodado que quedó incrustado por la pared del cerro Caacupé.

TERRIBLE. Así quedó el micro luego de haber chocado por un camión de gran porte en marzo de este año.

Montón de accidentes váiros

Desde el kilómetro 40 hasta el kilómetro 48 ocurrieron un sinfín de accidentes ruteros váiro que acabaron con la vida de muchos. Los nichos a su alrededor son las muestras del triste final que tuvieron esa gente cuyo nombres figura entre cruces y velas. En ese tramo existen un poco más de 50 nichos separados a pocas distancia.

“Ya parece un camposanto acá” dijo don Máximo Centurión, quien vive en el kilómetro 44. Precisamente, a esa altura, el pasado 15 de marzo, un camión de gran porte chocó contra un minibús de la empresa Guaireñatur, en el cual fallecieron 6 personas. Otro de los accidentes más recordados es el que ocurrió en 1995, en el km 47, cuando dos ómnibus de la empresa La Santaniana chocaron con una ambulancia, lo que causó la muerte de 11 personas.

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