• CUIDADOR. “Estaremos bien atentos para evitar que la gente haga sus macanadas”

Muchos caminan cientos de kilómetros. Otros van en bicicletas o hacen tramos en auto y luego le maten pata hasta la basílica. Algunos incluso se desplazan en carretas. Las historias de los promeseros de la Virgen de Caacupé va más allá de todo. A medida que se acerca el 8 de diciembre, día de la gran fiesta, la cantidad de peregrinos se multiplica.

Una gran parte va convencido para agradecer, buscar consuelo o seguir una tradición. Pero otra, acude para hacer sus “macanadas” en el trayecto, como por ejemplo ¡usar como “motel” el cementerio de Ypacaraí! Es por esta razón que en el camposanto redoblarán la seguridad anti “promeseros tie’ŷ”.

“Cada año es lo mismo, es por eso que en estos días estaremos más atentos que nunca para tratar de evitar eso. Orekueráima”, comentó don Sabino López, cuidador del cementerio. Si los portones de acceso están cerrados, lo mismo nomás es fácil de ingresar al sitio ya que no cuenta con muralla de gran altura.

“Ya se habló con gente de la Policía y la Caminera. Y yo estaré bien atento también para evitar que la gente haga sus macanadas”, agregó.

“Entre la multitud hay todo tipo de personas. Muchos vienen para joder nomás. Por la noche lo que es más preocupante, pero acá vamos a tratar de que no pase nada. Pedimos a los peregrinos que respeten a Dios, a la Virgen y los demás devotos”, comentó.

Ikuerái avei de los ñembo peregrinos mondaha, he’i

Según don Sabino, entre la multitud avei se mezclan los “amigos de lo ajeno” que ingresan al camposanto y se llevan las cruces y otros objetos de aluminio y placas de bronce.

“Es triste esta situación. Años anteriores tuvimos ese inconveniente. Esperemos que tal cosa no se dé este año”, dijo. “La mejor forma de evitar esto es trabajar entre todos y estar atentos”, finalizó el cuidador del camposanto.