Milagros inesperados y sorprendentes. Situaciones límites donde la fe vence y la esperanza se acrecienta. Sentimiento católico de devoción mariana. Son los principales motores dentro de un pueblo cargado de religiosidad para mover a las masas a visitar a la Virgencita Azul. Faltan solo tres días para la fiesta de la santa patrona y cada vez son más los devotos que acuden a la basílica de Caacupé. Los peregrinos van convencidos de que el objetivo no es el camino sino llegar -y como sea-. Si no, que lo digan los hermanos Arnaldo (38) y Pedro (26) Villamayor, quienes, como hace 17 años, cumplen con la promesa de peregrinar desde Kurusu Pablito, hasta el santuario de la Virgencita ¡en zancos! Los hermanos tardaron casi 4 horas para llegar a la basílica. “Cada paso que damos se dificulta, pero vale la pena para agradecer todos los favores que la Virgencita hizo y sigue haciendo en nuestras vidas”, dijeron. Ambos son artistas circenses, por lo que le pusieron colorido, alegría a la jornada de ayer, y contagiaron su buen humor a los que pasaban a sus alrededores. “Venimos a agradecer por los trabajos que tenemos. La Virgencita siempre está con nosotros”, dijo Arnaldo.
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