ESTRENO. Hoy la RPC estrena el programa infantil “Panam y Circo”, el cual irá sábados y domingos a las 10:00

MUY FELIZ. La alguna vez modelo argentina, Laura “Panam” Franco, llega a la tevé nacional con su programa “Panam y Circo” a partir de mañana por la pantalla de la RPC.

La hoy conocida animadora de programas para niños, de esta manera logra sobrepasar fronteras por medio de su arte. Los peques en Paraguay podrán verla todos los sábados y domingos de 11:00 a 12:00, y la misma dijo estar contenta por jugar con los niños de Paraguay.

– ¿Cómo vamos a verte en “Panam y Circo”?

– Como siempre digo, en “Panam y Circo” está prácticamente mi esencia. En “Panam y Circo” conviven la música, el baile, la magia, la acrobacia, el humor absurdo y todo con la finalidad no solamente de poder divertirlos sino que además les llegue a los chicos mensajes positivos. Inculcarles a los chicos que los sueños se cumplen.

– ¿Alguna vez visitaste Paraguay?

– Estuve como plan turístico y quedé enamorada del trato que recibí. “Amodoro” la calidez de los paraguayos. Estoy feliz y honrada de que me den la posibilidad de entrar en sus hogares para compartir la infancia con sus hijos.

– Hace cuántos años estás al frente de programas infantiles?

– Ya en este 2018 que se avecina cumplo 17 años de hacer realidad lo que considero mi vocación, que no es otra cosa que la dedicarme al público infantil, ya sea escribiendo canciones, obras de teatro o programas de televisión.

– ¿Qué significan los chicos en tu vida?

– Los chicos para mí son el estado de pureza del ser humano. Yo me conecto con ellos, con la niña que llevo adentro y que cuido cada día. Trato de no perder algo vital que es la mirada de asombro. Aprendo de ellos permanentemente y desde que soy mamá y tengo 3 en casa, te juro que he potenciado la creatividad. Tengo “la universidad del juego” en mi propia casa.

– ¿Qué esperas del público paraguayo?

– Espero que el programa sea una herramienta para hacerlos jugar en familia y además, que prontito nos encontremos en un teatro para sentir sus cachetitos en mis dedos y hacerles miles de “¡¡cuchi-cuchis!!”.