PROS Y CONTRAS. Hay muchos casos de compañeros de trabajo que terminan siendo parejas sentimentales. Esto tiene sus ventajas, pero también sus riesgos
TIEMPO COMPLETO. Compartir hogar y trabajo exige mucho diálogo y poner cada cosa en su lugar.
TODO UN TEMA
Famosa la historia del compañero y la compañera que empiezan a atravesar los límites del compañerismo y al final se convierten en pareja. Uno puede decir que es una historia más de las miles que se dan al día, sin embargo, compartir tantos espacios, en la casa, el catre y el escritorio, exige manejar la relación con calidad.
Los especialistas dicen que esto tiene ventajas y desventajas. “Así como se puede disfrutar de compartir juntos la hora del almuerzo, también pueden existir inconvenientes como saturar la relación o llevar los problemas domésticos al centro de labores”, dice un psicoterapeuta.
Entre las ventajas está en que comparten los mismos intereses profesionales, lo que une y fortalece la relación, y si hay amor genuino se apoyarán mutuamente para que la otra persona alcance el reconocimiento laboral.
Por otro lado, algunas parejas no establecen límites entre el trabajo y la vida personal y llevan a casa los problemas laborales y viceversa. Una receta de primera mano es comunicarse siempre con cordialidad y cada tema hablarlo en su espacio, lo de la casa en la casa y lo del trabajo en el trabajo.
Comentarios