Turquía. El turco Halil Dağ quería que su cumple número 38 no quede como “uno más”. Este año tenía la intención de hacer “algo diferente”. Por eso, para dar un “salto” hacia lo nuevo, eligió hacer una foto “divertida” con unos amigos.

Para esto, eligió una zona de su país que es característica por zonas de elevados cerros y serranías. Fueron a Sanliurfa y treparon a lo alto de uno de esos montes. La idea era que tras saltar de lo alto de una piedra, el amigo que tenía la cámara le tome una instantánea antes de tocar tierra nuevamente, apenas un metro por debajo suyo.

Subió, se preparó, el amigo le dio el “ok” y Halil saltó como todo un atleta. ¡Flash! y la foto quedó registrada para el recuerdo. Lo que no sabía nadie es que ese sería el último recuerdo que tendrían todos de él. Pasa que al caer un metro abajo, uno de sus pies trastabilló al pisar una piedra y cayó al suelo, rodó un metro y quedó al borde del precipicio. Cuando intentó atajarse no hizo otra cosa que tomar más impulso hacia el vacío. Finalmente cayó de una altura de más de 70 metros chocando por algunas piedras en el trayecto.

Una ambulancia se lo llevó con vida hasta un hospital, pero murió poco después de llegar.

TENÍA HIJOS

Halil, cuentan, era una persona muy divertida y además un gran papá. Tenía ocho hijos y era por de más cercano a ellos. La noticia de lo que pasó caló muy hondo en toda su familia.