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La historia de una pintoresca mudanza: Mudó su casita de madera en un camión

La historia de una pintoresca mudanza: Mudó su casita de madera en un camión

RECUERDOS. El productor menó don Eno Michels desempolvó las anécdotas de su llegada al Paraguay

MUDAR Y CRECER. Remolcaron unos 50 kilómetros su casita de madera en 1994 con un camión, ya que no tenían otro lugar donde vivir. Hoy la familia Michels tiene un lindo chalet en el mismo lugar, fruto de su esfuerzo

HISTORIA FAMILIAR

Nueva Esperanza está a casi 380 kilómetros de Asunción. Y de San Alberto lo separan unos 50 km. En sus alrededores sentaron sus raíces los integrantes de la familia Michels, cuyos descendientes menós vinieron de Alemania.

“Habíamos llegado a San Alberto en 1976, donde vivimos casi 20 años. Y en 1994 nos mudamos a Nueva Esperanza. Éramos seis hermanos”, cuenta don Eno Raulino Michels (55) a Crónica, desempolvando los recuerdos y disfrutando de la tardecita tras venir de la chacra. Aquella mudanza no había quedado en lo meramente anecdótico. Muy por el contrario, rompió el molde de las mudanzas tradicionales, pues, literalmente, se mudó la casa.

“Se movió la casa entera con un camión. La trajimos entera de San Alberto. Solo se quitó la teja. Fue mucho trabajo, un día entero prácticamente, desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. No fue fácil. Se alzó la casa del suelo con gato y herramientas que palanquearon. Y carpimos el patio con machete y asada”, relata.

El fuerte contraste entre la primera casita de madera (estirada entre los árboles) y la estampa del chalet actual explica esa mentalidad de cuidar y mejorar la casa, sin permitirse dejadez o abandonos.

CONTRASTE. Es mucha la diferencia de lo que hoy es la vivienda de los Michels, fruto de su esfuerzo.

DATOS
COMIDA
Los platos campestres están a la orden del día, como la gallina casera o una buena feijoada.

MÚSICA
Ellos escuchan canciones sertanejas más que nada, que son típicas del sur del Brasil he’i.

“Siempre hay que estar mejorando, es nuestra mentalidad”

PAPÁ. Don Michels junto a Kelly, una de sus hijas.

“La esencia está en superarse siempre. Siempre hay que estar mejorando, esa es nuestra mentalidad”, reflexiona Michels, enfatizando que los habitantes hacen a la casa y no la casa a los habitantes, lo que hace entender los progresos y afanes de mejorar que vienen por herencia familiar, traducida a simple vista en la fachada exterior de las viviendas contiguas (tres en total), depositarias ellas de incalculable valor sentimental y sentido de pertenencia.

ÁLBUM. La familia, los afectos. La pareja Michels en compañía de sus hijos y respectivas parejas.

“Aprovechamos cualquier breve tiempo libre para hacer algo, arreglar o mejorar. Mantenemos el orden y la limpieza todos los días. Y siempre buscamos mejorar, darle un retoque”, graficó.

TRABAJO. No hay otro secreto tras la historia de la familia Michels.
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