• PROTECCIÓN. “Saco fuerzas aferrándome a esto”, dijo

Doña Asunción Giménez (81) dibuja una leve sonrisa en su rostro al momento de recibirnos amablemente en su casa, ubicada en el Bañado Norte, de Asunción. Pero a la abuelita se la nota cansada, extenuada, un tanto débil. La vida la está poniendo a prueba.

“Me enseñaron a que no debo decir nunca que estoy mal. Pero estoy enferma. La diabetes y la columna desviada me tienen muy mal”, confiesa. “La plata ya no me alcanza para ir al hospital para pagarme un tratamiento”, dice mientras apretaba su viejo bastón fuertemente. Pero dentro de todo suelta una frase alentadora: “Solo saco fuerzas aferrándome a algo. La fe en Dios y el rosario que el papa Francisco me regaló me mantiene en pie, me da fuerzas para seguir por mi familia y por mí”.

Ña Asunción es la misma a quien el Sumo Pontífice visitó en su humilde vivienda en el 2015 cuando estuvo por nuestro país. “Mi vida cambió completamente desde que tengo el santo rosario bendecido por él. Desde aquel día se convirtió en un valioso intercesor ante Dios”, agregó.

“Pasaron un poco más de 2 años y medio de esa visita del papa Francisco. Estoy enferma, pero mi fe y esperanza son más fuertes que ese mal y sé que saldré de esta, no tengo dudas. Sé que el milagro se dará. Ahora ya no puedo siquiera trabajar preparando mis mbeju para vender. Pero siempre pasa algo bueno que nos ayuda a seguir”, agregó.

“El rosario es un instrumento potente que trae paz a nuestros corazones, a la Iglesia y al mundo, dijo el papa Francisco en numerosas ocasiones y yo me aferro a eso y siento su protección”, dijo.

Les protege de inundaciones y crecidas, he’i

Ña “Asu” –como le dicen sus vecinos– asegura que no pasa un día sin que recuerde aquella visita del papa Francisco. “Ese momento marcó mi vida y trajo bendición a este lugar”, dijo y agregó: “Desde aquella fecha solo sufrimos una sola vez de las inundaciones. Tuvimos que mudarnos y casi perdí mi rosario esa vez. Pero luego todo volvió a la normalidad y estamos aquí, tranquilos y felices. Puedo decir fielmente que creo que el rosario nos protege de las inundaciones y crecidas del río”, tiró.

“Gente de todas partes se acerca a mi casa para tocar el rosario”

La abuelita manifestó que cada tanto recibe vistas de personas de diferentes lugares, quienes les pide tocar el rosario bendecido por le papa Francisco. “Gente de todas partes se acerca a mi casa para tocar el rosario. Vienen y me piden para rezar. Siente que es milagroso. Es lo que manifiestan”, dijo.

“Siempre digo y repito a mis hijos y amigos. Este rosario lo cuido como si fuera parte de mí. Al momento que ya no esté les voy a dejar como herencia a mi nieta o a su papá”, finalizó.

Ayuda

Ña Asunción necesita ayuda para costear su tratamiento de la desviación de su columna vertebral que la tiene muy mal. Si querés ayudar podés llamar al 0986505460, con Carmen Sánchez, su sobrina.

No durmió

Me acuerdo bien que esa noche –luego de la visita del papa Francisco– no pude dormir. Fue algo realmente maravilloso. Sentí la presencia de Dios en ese instante. Fue maravilloso” contó ña Asunción, muy emocionada.