ENAMORADOS. Se conocieron por chat, todo marchaba sobre ruedas hasta que ella decide visitar a la familia y descubre toda la verdad

Durante un mes chateé con un muchacho hasta que nos conocimos en persona, estaba ilusionada, pero todo resultó un fracaso, como todo en mi vida.

Lo que pasó fue que me di cuenta de que me mintió, primero me dijo que tenía 30 años, pero había sido que no y me vine a enterar mal de la verdad ya demasiado tarde. Nos enamoramos y me pidió que sea su novia y le dije que sí, rápidamente lo acepté y al día siguiente, empezamos a salir juntos. 

Ambos nos comportábamos como dos enamorados hasta que conocí a toda su familia, mejor dicho todo marchaba bien hasta que conocí a su mamá, ella es una “yeya”, y no le da el cuero. Nos hacía la vida imposible, buscaba la forma de hacerme pasar mal momento, yo la descubría todo, por eso la familia entera se tomó conmigo.

Luego, la mamá del muchacho me dijo que él no tiene 30 años sino que él me mintió, que tiene ¡17 años! recién y me separó de su lado. Yo nunca me hubiera dado cuenta porque no aparenta ser tan joven, pero cuando mi suegra me mostró la cédula de su hijo casi me caigo de espaldas. Por supuesto que él lloró mucho y yo también porque no me quieren, la familia nos separó.

Para colmo de males, no puedo trabajar por culpa de mi mano, me lastimé cortando pasto, no tengo trabajo, no tengo para comer, hace una semana intenté hacerme daño porque no aguanto más esta situación. 

Ahora nos dimos un tiempo, no sé qué hacer, no tengo salida ni apoyo, ni ayuda de nadie, me siento mal. No sé qué hacer, yo al muchacho lo sigo amando y no puedo olvidarlo.

Me pregunto por qué tendré tanta mala suerte en la vida y en el amor, nunca encuentro alguien que valga la pena, para mi pareja. Ya perdí la esperanza en todo, estoy mal y triste.

DIANA, DE ALTOS, 32 AÑOS

RESPUESTA: La experiencia del fracaso en nuestra vida nos da una buena oportunidad para trabajar con nosotros mismos. Cuando las cosas no salen como esperamos tendemos a desanimarnos y llenarnos la cabeza de pensamientos negativos que nos impiden ver más allá de nuestro tropiezo. Es importante ver el fracaso como parte del aprendizaje en el camino, y no importa cuántas veces caigas más que las veces que te levantes. Solamente cuando asume la cuota de responsabilidad sobre el fracaso uno sentirá con la fuerza física y anímica para darse un respiro. Siendo consciente y orgulloso de que se puso el mejor esfuerzo para conseguir lo que finalmente no pudo ser. La edad no es una limitación para las parejas, todo depende de los prejuicios y el valor de enfrentarlos, pero en este caso, que el chico sea menor de edad es un impedimento para estar juntos. Tenés que hacer algo para levantar ese ánimo, porque la vida continúa y tenés que sacar fuerzas para seguir adelante para cumplir los sueños. Hace que florezca la esperanza nuevamente en tu corazoncito, dejá atrás el pasado, viví el presente.