PELEA SU “EXISTENCIA”. Más de 25 años después volvió a su país donde quiere seguir “viviendo”
RUMANIA. Uno de esos casos que uno jamás se imagina que podrían llegar a pasar es el que se dio en tierras rumanas con un hombre que “pelea” por su vida. Ojo, no porque esté enfermo o fue tomado de rehén por un grupo tavyrai, sino porque su propia mujer lo mandó a declarar finado y, a pesar que él le dijo al juez “estoy vivo”, lo mismo el hombre de las leyes lo mantuvo muerto.
Es la historia de Constantin Reliu, quien dejó su país en 1992 y se estableció en Turquía, pero perdió contacto con su familia, indica el diario británico The Guardian.
Durante años su esposa no logró encontrarlo, por lo que llegó hasta la Justicia a pedir que se declare su muerte judicial. En el 2016 logró que se le entregara un certificado de defunción de Constantin.
A principios de este año, la policía turca detuvo a Reliu ya que sus documentos para permanecer en el país estaban vencidos, y lo deportó a Rumania. Al volver a su tierra, el hombre se llevó la tremenda sorpresa de que había sido declarado muerto. Apeló la sentencia, y él mismo se presentó como prueba, pero la Justicia le dijo que no se le podía hacer caso porque su reclamo lo hizo “fuera de plazo”.
“Estoy oficialmente muerto, aunque estoy vivo”, dijo Constantin.
Comentarios