- SERVIDOR. Desde muy niño conoció el gran corazón que tenía la futura beata paraguaya y fue así que su amor por ella creció
LAMBARÉ. La devoción que se tiene por la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, es enorme en nuestro país. Rubén Paredes (32) es el vivo ejemplo de ello. Desde hace varios años tiene guardadas todas las ediciones impresas de los diarios donde se habla o se anuncia alguna buena nueva de su querida santa. Eso para él es como un baúl lleno de tesoros.
“Yo la conocí a ella en 1996 por ahí. Estaba en la escuela todavía. Tenía 14 años, y fue por un anuncio que se hizo en el diario justamente, cuando leí sobre ella. Saber que tenía una santa paraguaya para mí fue muy fuerte, me sorprendió porque siempre tuve devoción por los santos católicos. Desde entonces ya no paré y empecé a juntar todo y a indagar para conocerle más a Chiquitunga”, contaba Rubén.
Hojeando las láminas brillosas de su álbum, donde se veía en cada página algún que otro artículo de la querida beata Chiquitunga, Rubén resaltó que en varias oportunidades, mientras le rezaba a la santa, sintió el aroma a jazmín, olor con el que a ella se la identifica, ya que siempre llevaba pegado por el pecho una flor de la planta.
“Llegué a sentir el aroma a jazmín mientras le rezo. Es un aroma puro, pero muy fuerte, y en tres oportunidades me pasó eso”, afirmó Rubén, con voz de emoción recordando ese bello momento donde Chiquitunga se le llegó a manifestar.
Chiquitunga obra milagros inesperados a través de la fe
Rubén, teniendo tantas experiencias con la beata, recordó que hace tiempo la casa en donde vive, ubicada en el barrio Cerro Corá de Lambaré, estaba hipotecada, y ellos a punto de ser echados de su hogar. Ante tanta desesperación, oró a Chiquitunga. En medio de la preocupación imploró para que no deje que el mal les alcance y ellos puedan permanecer en el lugar.
Sin dejar pasar más el tiempo, al día siguiente aparece un pariente suyo, no muy cercano a la familia y con el que no tenían contacto, y paga el valor de la hipoteca. “Yo le imploré a Chiquitunga, y ella me escuchó. Me hizo el milagro y gracias a ella seguimos acá. Gracias a ese milagro se pudo pagar la hipoteca de la casa”, terminó diciendo el devoto.
“Detrás de mí, toda la familia es devota también de ella”
Rubén, quien hasta tiene reliquias de la propia santa, contó que gracias a él toda su familia conoce del gran amor y corazón que tenía María Felicia de Jesús Sacramentado, ya que siempre les lleva a rezar en su capillita o sino rezan juntos en su casa. “Siempre les llevo y rezamos todos juntos a Chiquitunga, detrás de mí toda mi familia es devota también de ella”, dijo el gran devoto.
22 AÑOS
Es la antigüedad que tiene la primera estampa que compró con la imagen de Chiquitunga.
18 AÑOS
Es el tiempo que lleva Rubén sirviendo a Chiquitunga, dando a conocer sus obras y forma de ser.
22 AÑOS
Hace que Rubén vio la primera publicación donde hablaba de una santa que podría ser paraguaya.
FELICIDAD
Rubén contó que al saber la noticia de la aceptación del papa Francisco para la beatificación de la santa Chiquitunga, la alegría y la emoción coparon su corazón. No sabía cómo expresar tanta felicidad.
Comentarios