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“Me hacía la dormida para no discutir, porque me pegaba”

“Me hacía la dormida para no discutir, porque me pegaba”

Pensó que era el amor de su vida, vivieron juntos hasta que él comenzó a golpearla. Ahora ya no cree en los hombres, para ella todos son iguales.

Me enamoré de una persona que conocí en una discoteca el año pasado. Estaba parado frente a mi grupo de amigos, cuando lo miré dije dentro mío: “éste es el hombre de mi vida”.

Desde entonces no me perdí un sábado la oportunidad de ir a bailar y a mirarle, yo tenía la sensación de que le gustaba un poco hasta que se me acercó para hablar, nos hicimos novios un mes, y decidimos acompañarnos.

Tuve problemas con mi mamá, porque ella desde el comienzo nunca aceptó lo nuestro, porque tomaba y fumaba y ella me decía que él solo viviría a mi costilla.

Yo estaba enamorada por eso aceptaba pagarle todos sus gustos, pero él había sido solo jugaba conmigo, en síntesis tenía otra en ese momento.

Cuando me enteré empezó a cambiar conmigo, tuve que aguantar maltratos y groserías de su parte, luego de que él mismo me dijera que tenía otra pareja y dos hijos.

A pesar de enterarme de eso seguimos juntos, pero mi vida se volvió un infierno. Me golpeaba y hasta tuve que dejar mi trabajo porque empezó a dejarme marcas en todo el cuerpo.

No sé qué paso, de la noche a la mañana se volvió violento conmigo, me jugaba, me miraba como a su peor enemiga. Me di cuenta que se inyectaba droga, eso me asustó, había sido que por eso ya luego se distanció de la otra, porque nunca terminaron. Nunca me animé a denunciarlo porque tenía miedo de sus golpes, hasta que un día me cansó. Recuerdo que lloré tanto ese día.

Hace tres meses que nos dejamos, después de darme una paliza y dejarme casi muerta en la casa de mi mamá.

Yo lo amé mucho pero él me jugaba, al principio yo me hacía la dormida cuando él llegaba borracho a la casa, porque si le contestaba mal o le miraba demasiado ya me pegaba y mucho.

Ahora estoy siguiendo tratamiento psicológico, le entablé una demanda por maltrato físico y verbal, y porque abusaba de mí cuando estaba drogado.

No sé qué le hice para merecer su maltrato, llegaba a la casa y buscaba algo para plaguearse, mientras que yo solo esperaba una palabra de cariño.

Si yo no hacía las cosas con ganas, ya me pegaba, llegó a quemar mi ropa, y también me cortó el cabello como un mitã’i para que nadie me mire.

Siempre dije que a mí un hombre nunca me trataría tan mal como esto que estoy contando, por eso estoy mal, le tengo un terror a los hombres por esa razón.

Tengo miedo hasta de salir a la calle y encontrarme con él, si voy al súper o a la despensa miro para todos lados, temo que me vuelvan a hacer daño, y revivir todos esos momentos de dolor que pasé.

Soy muy sensible, además que nunca pensé llorar tanto por nadie, comprobé que el amor es ciego.

Quiero decirle a todas las chicas que no dejen que ningún hombre les pegue, eso está mal. Hace un mes él volvió a buscarme pero para agredirme, me reclamó que me vio con un amigo que es gay, pero él me dijo de todo, yo no supe cómo reaccionar.

Me encerré en mi pieza y quise intentar hacerme daño, mi mamá que por suerte estaba cerca empujó la puerta y me atajó. Llorando me pidió que no haga ninguna macanada porque hay tantos hombres como para sufrir por uno. Para mí son todos unos insensibles. Quisiera preguntarte ¿por qué todos los hombres son iguales?

CLAUDIA, DE ASUNCIÓN, 42 AÑOS.

RESPUESTA: El diccionario define violencia como el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo –a lo que agrego– es todo eso que impide realizarte como persona.

Se incluyen acciones como gritar, hacer comentarios despectivos, poner apodos desagradables, golpear y limitar tus oportunidades haciéndote sentir mal. Si entramos en la cuenta, vivimos inmersos en una cultura de violencia que debemos romper, no tiene que ser así el trato y menos con la pareja.

No permitas que nadie te lastime, si alguien quiere ponerte la mano encima que sea para darte una suave caricia, no para hacerte sufrir. Por lo que cuentas estás dentro del círculo de la violencia doméstica, una conducta en la que la pareja o incluso la ex pareja utiliza la violencia física o sexual, la coacción, la amenaza, la intimidación o el abuso emocional o psicológico y económico para controlar y hacer daño.

Lo importante es que estás recibiendo ayuda, reconocer la situación, que una relación de pareja no debe ser así y que necesitas salir de eso, por tu bienestar. No pierdas la esperanza de encontrar el amor verdadero a lado de una persona que te respete y te quiera.

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